El JEMAD apuesta por un «diálogo fluido» con Rusia pese a sus pasos que «tensionan» la relación con la OTAN y la UE

El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante Teodoro López Calderón, se ha mostrado este viernes partidario de mantener un diálogo «fluido» con Rusia, pese a que ha reconocido que su relación con la OTAN y la Unión Europea cada vez es más «tensa» y ha alertado de su creciente influencia en los países del Sahel y el norte de África.

El JEMAD ha analizado el entorno geopolítico que afecta a España durante un desayuno informativo organizado por el Club Diálogos para la Democracia y ha puesto el foco en Rusia, cuya «competición» con Occidente cree que se está «acentuando».

Como ejemplo ha puesto la decisión de Rusia de retirar su delegación ante la OTAN, lo que implica «que cada vez haya menos puentes diplomáticos» para un diálogo que el JEMAD ha señalado como «imprescindible». También ha citado los avances rusos en nuevas tecnologías armamentísticas, que «podría interpretarse como un paso adelante en una nueva carrera armamentística».

Pero además, el almirante López Calderón ha destacado la cada vez mayor influencia rusa en la zona del Sahel, sobre todo a través de compañías de seguridad privadas que ofrecen sus servicios a los países de la región y que van seguidas de concesiones para la explotación de sus recursos naturales.

El JEMAD ha contrapuesto estas medidas a la actuación de la Unión Europea en la zona, orientada a lograr una estabilización de la región. «Pragmatismo y reducidos códigos deontológicos frente a valores y principios de los derechos humanos y del derecho humanitario», ha resumido.

Como ejemplo ha puesto República Centroafricana, donde incluso la seguridad de las altas autoridades del Estado es ejercida por miembros de estas compañías rusas de seguridad, mientras que países de la UE –incluida España– tienen allí tropas desplegadas en «programas de gestión integral».

Por ello, ha insistido en la importancia que tiene para la Unión Europea aportar estabilidad en los países de la región afrontando todos los aspectos que generan desestabilización –terrorismo, crimen organizado, pobreza, mala gobernanza, dificultad de acceso a servicios básicos o cambio climático– y «no dejar huecos a otras soluciones que ocupen ese espacio».

En cualquier caso, ha insistido en que España es «firme defensora» de mantener un «fluido diálogo» con Rusia, aunque siempre dentro del respecto al derecho internacional, la soberanía de los estados y los derechos humanos.

Otro país importante en el entorno geoestratégico es China, que el JEMAD ha explicado que busca implantar un nuevo paradigma en el orden mundial a través de un «bilateralismo asimétrico». El almirante ha reconocido que China es representa un «desafío sistémico» en el ámbito europeo, pero también es un socio económico muy importante.

Los otros dos ámbitos destacados por el JEMAD han sido el Golfo de Guinea, una región «de extraordinaria importancia para España», que incluye su estabilidad entre sus «prioridades»; e Iberoamérica, donde España puede actuar de «puente» gracias a sus vínculos históricos y culturales.

UE Y OTAN, «EN UN MOMENTO DECISIVO»

En este marco, el almirante López Calderón ha analizado el futuro en seguridad y defensa de la OTAN y la UE, que se encuentran «en un momento decisivo» para adaptar su organización, estructura y capacidades a las próximas décadas.

La Alianza Atlántica está inmersa en la elaboración de un nuevo concepto estratégico que previsiblemente será aprobado en la Cumbre que celebre en Madrid en junio del próximo año y que incluya la evolución del entorno geopolítico y los nuevos espacios de operaciones, como el ciberespacio, el espacio ultraterrestre y el cognitivo.

En cuanto a la Unión Europea, ha subrayado que necesita avanzar «de forma decidida» hacia una cierta capacidad autónoma, sin que esto suponga una confrontación con la OTAN sino fortaleciendo el «pilar europeo» a la Alianza Atlántica «a la vez que se consigue una UE más fuerte».

Según ha explicado, ya existen unas capacidades militares europeas que aportan los estados miembros, los denominados Battle Group , que sin embargo se deben mejorar. «No se ha utilizado nunca porque probablemente esté mal estructurado», ha asumido señalando su coste, que actualmente recae en los países que los aportan, como uno de los condicionantes actuales más importantes para su uso.