El jefe de DDHH de la ONU alerta del efecto a largo plazo de la invasión de Ucrania sobre futuras generaciones
Turk asegura de que la guerra «no exime a las fuerzas ucranianas de cumplir el Derecho Internacional»
La relatora de la ONU para los DDHH en Rusia pide «justicia para las víctimas de la guerra» tras dos años de invasión»
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha alertado este jueves de que el impacto a largo plazo de la invasión rusa de Ucrania «afectará a las próximas generaciones» y ha lamentado el «terrible coste humano» de la guerra, que ha «infligido un inmenso sufrimiento sobre millones de ucranianos».
A pocos días de que se cumplan dos años del inicio de la invasión rusa, Tuk ha recordado, no obstante, que la agresión rusa «no exime a las fuerzas ucranianas del cumplimiento de sus obligaciones en el marco del Derecho Internacional», según un comunicado.
Así, ha indicado que durante los últimos dos años, la ONU ha documentado «numerosas violaciones cometidas por el Ejército ucraniano y las fuerzas de seguridad del país, si bien son «una fracción de las cometidas por las fuerzas rusas».
«La invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, que entra en su tercer año sin que haya indicios de que vaya a llegar pronto a su fin, sigue provocando continuas violaciones de los Derechos Humanos y destruyendo los medios de vida», ha puntualizado.
Los últimos datos recabados por la Misión de la ONU de Seguimiento de los Derechos Humanos en Ucrania sitúa en 30.457 la cifra de víctimas mortales desde el 24 de febrero de 2022, cuando comenzó la guerra, de los cuales 10.582 han muerto y 19.875 han resultado heridos. Millones de personas han tenido que desplazarse y miles han perdido sus viviendas.
JUSTICIA PARA TODAS LAS VÍCTIMAS
Por su parte, la relatora de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Rusia, Mariana Katzarova, ha pedido este jueves «justicia y solidaridad para todas las víctimas de la guerra» a pocos días de que se cumpla el segundo aniversario del inicio de la invasión rusa del territorio.
«Rusia invadió Ucrania hace dos años, el 24 de febrero de 2022. Este acto de agresión, que ha derivado en una guerra que entra ya en su tercer año, no solo ha matado a miles de personas y ha devastado la vida de millones en Ucrania sino que también ha llevado a un aumento de la represión civil y los derechos políticos en Rusia», ha aseverado, según un comunicado.
En este sentido, ha lamentado el impacto de la guerra en las vidas de los activistas rusos y ha subrayado que existe una correlación entre «la agresión en el exterior y la represión a nivel interior». «La guerra desatada contra los vecinos de Ucrania ha provocado al mismo tiempo una guerra contar los rusos en casa. No hay ya ningún lugar seguro para la acción cívica o la oposición política dentro de Rusia», ha aseverado.
En este sentido, ha advertido de que la muerte del opositor ruso Alexei Navalni ha conmocionado a «todos aquellos que estén preocupados por la brutal represión que el Gobierno ejerce contra los críticos y activistas contrarios ala guerra en Rusia». «No puedo dejar de preguntarme quién será el siguiente», ha dicho.
Así, ha lamentado que durante dos años el Gobierno ruso ha «socavado significativamente los Derechos Humanos y ha silenciado a la sociedad civil, los medios independientes y las voces contrarias a la guerra». «El infame paquete de leyes prohibiendo las fake news sobre la guerra se adoptó una semana después del inicio de la invasión. Simultáneamente, la lista de agentes extranjeros y organizaciones indeseables se ha ido extendiendo», ha aseverado.
«Las autoridades rusas deben inmediatamente y de forma incondicional poner en libertad a todos los presos políticos, incluido Vladimir Kara-Murza, Alxei Gorinov, Ilia Yashin y muchos otros cuya vida y salud están en grave peligro», ha sostenido antes de afirmar que el Gobierno ruso ha estado negando «el derecho a la objeción de consciencia para lucha en una guerra».
Además, ha recordado que el Gobierno ruso «también ha cometido crímenes contra los civiles ucranianos, incluidos niños, que han sido secuestrados y deportados a Rusia». «Es imperativo que la responsabilidad sea garantizada», ha manifestado.