El indicador de estrés de los mercados se acercó al nivel de riesgo medio en octubre

El indicador de estrés de los mercados se situó en octubre en el 0,27, en torno al umbral que separa el riesgo bajo del riesgo medio, si bien a principios del mes llegó a alcanzar el 0,30, según los datos publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este lunes.

A finales de octubre, el nivel de estrés más elevado se detectaba en el segmento de renta fija, con el 0,64, mientras que en los demás segmentos este nivel oscilaba entre el 0,25 en el caso de los mercados monetarios y el 0,47 en el de derivados.

Los mercados nacionales de renta variable experimentaron una tendencia «algo irregular» en el tercer trimestre, afectados por varias incertidumbres como la situación en China y los problemas de Evergrande, entre otras, si bien en octubre retomaron una nueva tendencia alcista compartida por otros índices de referencia.

El Ibex 35 registró un avance del 12,2% hasta octubre, una de las revalorizaciones «menos intensas» entre los índices europeos, ya que el resto de los selectivos registraron unas ganancias entre 2,2 y 11 puntos porcentuales por encima del español.

Por sectores, los mayores avances se concentraron en el sector financiero y en las inmobiliarias, así como en el sector de la construcción, en el del petróleo y las compañías del sector turístico y textil.

Entre los descensos, destaca el de las compañías eléctricas, que caen más de un 8% en el año y sufrieron importantes caídas en el tercer trimestre tras la aprobación por el Gobierno de un real decreto-ley encaminado a minorar sus ingresos.

Las compañías del sector farmacéutico y las de fabricación de bienes industriales también han registrado retrocesos significativos, estas últimas debido a los problemas en las cadenas de suministro.

La evolución de los mercados de deuda, por su parte, ha estado condicionada por la inflación y sus expectativas. En ese entorno, el bono español a diez años finalizaba octubre con un rendimiento del 0,62% frente al 0,06% de finales de 2020 y la prima de riesgo se tensionaba ligeramente hasta los 77 puntos básicos, frente a los 63 puntos registrados a finales de 2020.

Los rendimientos de deuda corporativa experimentaron alzas en todos los tramos de la curva, aunque se concentraron en mayor medida en los más largos.

RIESGOS PARA LOS MERCADOS

Los riesgos de carácter financiero más importantes son los de mercados y de liquidez, sobre todo en algunos activos de renta fija. El desencadenante es el posible empeoramiento de la evolución económica, al que se ha unido el riesgo de inflación.

El supervisor explica que las previsiones de las principales instituciones para 2021 y 2022 han experimentado una revisión a la baja en relación con las realizadas unos meses antes, como consecuencia de varios factores, algunos propios de la economía española y otros que afectan a la mayoría de economías a nivel global.

El indicador adelantado de la inflación, por su parte, ha revelado un aumento de los precio en octubre de un 2% respecto al mes anterior, lo que sitúa la tasa interanual en el 5,6%, el nivel más alto en 29 años debido, sobre todo, al precio de la electricidad y al de los carburantes y el gas, aunque en menor medida.

No obstante, la CNMV ha destacado otros riesgos como la evolución de la pandemia, el alto endeudamiento de algunos agentes o los retos en materia de ciberseguridad como consecuencia del aumento de las actividades no presenciales, pero ha llamado la atención especialmente sobre el riesgo que representa el cambio climático.

Estos cada vez ganan más relevancia en las decisiones económicas y políticas y llevan asociados elevados costes tanto directos como de transición a una economía baja en carbono, por lo que su importe dependerá de las medidas adoptadas con carácter preventivo para paliarlos, según ha señalado el supervisor.

Los mercados financieros se encuentran en un proceso de transformación como consecuencia del «significativo» aumento de la oferta y la demanda de activos que incorporan criterios medioambientales, sociales o de buena gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Actualmente, numerosas compañías y gobiernos emiten de modo recurrente bonos ESG, a la vez que un número cada vez mayor de emisores se incorporan a este mercado.

La CNMV ha advertido en este contexto de alta demanda de los fenómenos de green washing o blanqueo ecológico, así como de la posibilidad de que se den correcciones «bruscas» en el precio de estos activos, si bien la Unión Europea (UE) ya está trabajando en un Estándar Europeo de Bonos Verdes, que tiene como objetivo evitar este fenómeno de blanqueo.

Para las entidades financieras, el mayor riesgo se concentra en aquellas entidades que mantienen en su balance un porcentaje significativo de préstamos a empresas con mayores emisiones de carbono y, por tanto, con riesgos de transición más elevados.

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