El IMV no llega al 58% de potenciales beneficiarios en Cantabria, según AIReF
La autoridad independiente considera que el IMV sí ha contribuido a reducir la pobreza aunque precisa que aún tiene un amplio recorrido
MADRID/
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha llegado en Cantabria al 37% de los hogares que podrían ser beneficiados y existe un 58% de los hogares que podrían recibirlo y no lo han solicitado. Así, cerca de 50.000 hogares podrían beneficiarse de esta ayuda si estuviera plenamente implementado, según la primera Opinión sobre el Ingreso Mínimo Vital (IMV) elaborada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
A nivel nacional, el IMV ha llegado a 284.000 hogares, el 40% de sus beneficiarios potenciales (700.000), y cubre al 22% de los hogares en riesgo de pobreza (1,3 millones), lo que deja fuera al 60% de potenciales beneficiarios y al 78% de dichos hogares.
«Es una prestación que ha conseguido avances pero tiene un amplio recorrido para ser un instrumento potente de lucha contra la pobreza y la exclusión social», ha valorado, este martes en rueda de prensa, la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, al tiempo que ha rechazado hablar en términos de éxito o fracaso.
«¿Ha contribuido el IMV a la lucha contra la pobreza? Sin duda sí», ha puntualizado la presidenta de la AIReF, aunque ha matizado que el problema es que no se ha definido qué se entiende como pobreza ni el objetivo final de la medida, es decir, si se quiere reducir la pobreza en un porcentaje determinado o erradicarla por completo.
Según los datos de la AIReF, de estar plenamente implementado, el IMV cubriría a 700.000 hogares y supondría un coste anual de 2.800 millones de euros si consiguiese llegar a todos ellos. Estas cifras y las del resto de la evaluación no incorporan a País Vasco y Navarra al disponer únicamente de información administrativa de renta y patrimonio de territorio común.
400.000 HOGARES NO LO HAN SOLICITADO
En este sentido, la AIReF constata que 400.000 hogares que podrían recibir el IMV aún no lo han solicitado, el 57% de los posibles beneficiarios, fenómeno conocido como non take-up . «Es algo que sorprende pero al hacer la comparativa con los países del entorno, es un rasgo común», ha explicado la presidenta de la AIReF, añadiendo que la gestión de este tipo de prestaciones es «compleja».
El director de la División de Evaluación del Gasto Público de la AIReF, José María Casado, ha explicado que el 91% de los hogares elegibles que no solicitan el IMV poseen rentas del trabajo. En particular, el 53% de los hogares non take-up poseen prestaciones de desempleo.
Asimismo, han observado que en aquellos hogares donde la ganancia que supondría el IMV es más pequeña, existe menor probabilidad de que se solicite esta prestación. «Los hogares que se encuentran cerca del umbral de elegibilidad pueden percibir que los costes de la solicitud en términos de tiempo, burocracia u otras cuestiones no son compensados por el beneficio que obtendrían», se lee en el documento.
Además, aunque el número de solicitudes ha sido elevado, sobre todo en los primeros meses, y ha superado los 1,5 millones, la AIReF constata que un porcentaje muy alto resultaron rechazadas. En concreto, la AIReF señala que el 73% de las solicitudes resueltas se han denegado o inadmitido, aunque este porcentaje ha disminuido con el tiempo hasta el 60%. La principal causa de denegación o inadmisión es el incumplimiento del criterio de renta, seguido de los requisitos de unidad de convivencia-empadronamiento.
MAYOR PRESENCIA DEL IMV EN HOGARES CON HIJOS
El estudio de la AIReF también pone de relieve que la presencia del Ingreso Mínimo Vital es mayor entre los hogares con hijos a cargo, un dato que, según el director de la División de Evaluación, se debe a que muchos de los beneficiarios, en concreto, un total de 113.000, el 40% del total de expedientes en alta, proceden de la anterior prestación por hijo a cargo.
En cuanto a cómo contribuye esta prestación a la lucha contra la pobreza, José María Casado ha precisado que, a diciembre de 2021, el IMV cubría a un 22% de los hogares en riesgo de pobreza (284.000 de 1,3 millones). Para este estudio, la AIReF ha considerado que un hogar está en riesgo de pobreza si la renta de sus miembros se sitúa por debajo del 40% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de la población.
Si se tienen en cuenta también los programas de rentas mínimas de las comunidades autónomas junto al IMV, si estuvieran plenamente implementados, la AIReF señala que conseguirían cubrir aproximadamente al 60% de los hogares en riesgo de pobreza. En todo caso, todavía quedarían 540.000 hogares sin cobertura.
CONCRETAR LOS OBJETIVOS DEL IMV
Al hilo de estos hallazgos, la AIReF ha realizado una serie de propuestas. A corto plazo, propone concretar los objetivos del IMV de modo que pueda evaluarse su cumplimiento, especificando las definiciones y los indicadores sobre pobreza que el IMV utiliza para establecer sus objetivos y realizar su seguimiento, e incorporar de manera sistemática la información para el seguimiento de la prestación en el Portal de estadísticas de la Seguridad Social.
Además, la AIReF sugiere analizar la naturaleza del patrimonio de los hogares en situación de pobreza, en particular, el grado de liquidez de sus activos reales y su valoración y, si fuera necesario, reconsiderar la definición del patrimonio establecida para ser beneficiario del IMV.
Asimismo, la institución plantea estudiar con detalle las solicitudes rechazadas por motivos relacionados con la renta y la unidad de convivencia, simplificar el proceso de solicitud y fomentar la publicidad institucional de la prestación, profundizar en el análisis de las causas del non take-up y seguir trabajando en el encaje entre el IMV y la renta mínima de cada comunidad autónoma.
A medio plazo, la AIReF propone que, a medida que se vayan conociendo los efectos que el IMV está teniendo sobre la reducción de la pobreza, el mercado de trabajo y la inclusión social, se valore avanzar hacia una prestación que se inicie «de oficio» por parte de la Administración y que integre al resto de prestaciones e impuestos que persiguen la misma finalidad. Otra alternativa, según indican, sería integrar el IMV en el IRPF como un impuesto negativo y extenderlo a toda la población (declarantes y no declarantes).