El Hospital Gregorio Marañón desarrolla una terapia celular que podría evitar el rechazo de trasplante de órganos
Investigadores del Hospital Gregorio Marañón han desarrollado un tratamiento pionero en el mundo basado en terapia celular para prevenir el rechazo en los trasplantes de órganos. Según los científicos del centro madrileño, esta terapia podría regular la respuesta del sistema inmune y evitar el rechazo.
Este tratamiento, fruto de una investigación de más de seis años íntegramente en el Gregorio Marañón, podría inhibir por completo o reducir en gran medida la respuesta inmune responsable del rechazo. Su objetivo es prolongar de forma indefinida la supervivencia del órgano trasplantado y la vida del paciente.
Los responsables de la investigación han explicado que ya se está tratando con esta técnica a tres bebés trasplantados de corazón que evolucionan favorablemente; de hecho, nueve meses después de iniciar la terapia, la primera niña sigue sin mostrar signos de rechazo en su nuevo corazón y mantiene niveles adecuados de las células reguladoras, un hecho clave para evitar el rechazo.
«Aunque son resultados preliminares, son muy esperanzadores. Pesamos que puede abrir una nueva era en el manejo clínico del rechazo inmunológico. Gracias a esta terapia, esperamos que pueda tener su nuevo corazón durante muchos años», ha destacado el doctor Rafael Correa Rocha, líder del Laboratorio de Inmuno-regulación del Marañón y uno de los responsables del proyecto, que está apoyado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y por su homóloga en Canadá.
En rueda de prensa este martes, Correa Rocha ha recordado que «tarde o temprano» el órgano es rechazado por las defensas del organismo, el sistema inmunitario. «Esto produce que la mayoría de órganos trasplantados dura menos de 20 años. Esto es una realidad que tienen que asumir los trasplantados y sus familias. Un trasplante no es para toda la vida», ha resaltado.
En este sentido, ha ejemplificado que «la mitad de trasplantes de corazón en niños se pierden antes de los 15 años». Hasta ahora, para evitar el rechazo del trasplante, se utilizan fármacos inmunosupresores, pero tiene sus inconvenientes. «No son del todo eficaces previniendo el rechazo. Y los niños tratados tienen mayor incidencia de enfermedades autoinmunes o cáncer», ha detallado el experto.
Correa Rocha ha reivindicado la importancia de esta investigación, ya que «es la primera vez en el mundo que se ha desarrollado una terapia celular en niños trasplantados». Además, ha agregado que por primera vez se utilizan células obtenidas del tejido tímico para regular la respuesta del sistema inmune y evitar el rechazo.
En este sentido, ha avanzado que se está explorando el posible uso de esta técnica en otras patologías como la COVID-19, ya que «podría ayudar a restablecer el desequilibrio inmunológico» de los pacientes infectados, uno de los aspectos más graves de la enfermedad.
La directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, ha celebrado la relevancia de este proyecto. «Lo que promete es, sin duda, a lo que debemos aspirar y nuestra principal prioridad en el ámbito de trasplantes: la generación de tolerancia inmunológica», ha apuntado.
Así, considera que la repercusión de esta terapia celular «puede ser impresionante». «Viene a ser como conseguir que el órgano trasplantado se mimetice con el sistema del receptor y deje de atacarlo. También puede reducir las listas de espera al haber menos trasplantados que necesitan un nuevo trasplante», ha señalado Domínguez-Gil.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha celebrado este desarrollo como «otro gran hito de la sanidad española». «Asistimos a un avance médico sin precedentes. Tenemos que seguir apoyando decididamente la investigación sanitaria», ha remachado.