El historiador Figes asume que Prigozhin ha sido asesinado: «Putin necesitaba demostrar que solo hay un poder en Rusia»
Cree que el régimen «es ahora más fuerte a causa del motín» y que Putin lo ha usado para hacer «una depuración en los mandos militares»
El historiador y escritor Orlando Figes cree que no se va a saber si el presidente ruso, Vladimir Putin, está «detrás» del «accidente» aéreo de este miércoles en el que murió el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, caído en desgracia después de su efímero conato de rebelión hace ahora dos meses.
«Asumiremos que ha sido un asesinato que ha sido ordenado porque Putin necesitaba demostrar que solo hay un poder en Rusia», ha manifestado Figes, experto en la historia de ese país, y a quien no le «sorprende» lo sucedido, pues a su juicio era «la conclusión lógica» del episodio protagonizado por el grupo paramilitar ruso.
Y, ha avisado «todavía nos queda mucho por averiguar: tenemos que saber hasta qué punto esto ha sido coreografiado o hasta qué punto el motín fue coreografiado».
El historiador británico, nacionalizado alemán, ha respondido así este jueves a preguntas de los periodistas en Santander, donde ha sido investido doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y participa, además, en un curso de verano de la UIMP
En su comparecencia ante los medios, Figes se ha desmarcado de quienes ven el intento de rebelión de Prigozhin como «una debilidad» del régimen, ya que, con independencia de cuáles sean las causas de este episodio, la forma en que se ha adaptado el régimen al motín muestra «justamente lo contrario».
Es decir, que el régimen «es ahora más fuerte a causa del motín» y está además «muy enraizado en el poder», por lo que «no va a ser fácil sacarlo de él», sea a través de motines, divisiones de poder o «mucho menos» mediante protestas populares.
«Lo que ocurrió durante el motín fue un proceso a través del cual las élites internas arroparon al Kremlin y ahora hay un sistema militar más reforzado como resultado», ha resumido Figes, que cree que Putin ha usado el motín para hacer «una depuración en los mandos militares».
Y ha apuntado al respecto que «probablemente» haya también «una purga» en las fuerzas de seguridad que serán «responsabilizadas» por el motín, algo que, en cualquier caso, no se hará a través de mecanismos o procesos de investigación públicos, sino «entre bambalinas».
«Esto se va a ampliar al resto de las élites externas que hasta ahora habían estado calladas o retiradas de la campaña de la guerra. Esto, al final, es una advertencia, para ellos sobre todo, de que no se desafía a Putin», ha abundado.
NADIE GANARÁ LA GUERRA, SOLO HABRÁ PERDEDORES
Sobre la guerra en sí, iniciada hace año y medio cuando Rusia invadió Ucrania, Figes cree que nadie va a salir «ganando» y «solo va haber perdedores», incluso aunque Putin consiga mantener el territorio ocupado y pueda «adosarse la victoria», que es lo que «probablemente ocurrirá».
Y aunque suceda así, «no va a ser bueno para Rusia, pues va a estar «más aislada» y va a ser un «estado vasallo» de China, al tiempo que «se acelerará» el «agotamiento» de los mejores recursos del país -clase intelectual, élites tecnológicas, etc- y será «más pobre».
Además, Figes tampoco ve posible que haya negociaciones de paz, al menos por el momento, y tendrá que «colapsarse» el régimen para que pueda haber una oportunidad para dichas negociaciones. Y es que, «como muestra la muerte de Prigozhin, la palabra de Putin no vale nada. No se puede negociar con este régimen».
En paralelo, considera que los resultados de la contraofensiva ucraniana no han dado «muchas esperanzas» acerca de la presión que pueda ejercer sobre el Kremlin, al menos en un futuro próximo, pues no es «suficiente» para llevar a los rusos a la mesa de negociación. Así, ha continuado Figes, seguirán ocupando territorio ucraniano y Ucrania no podrá unirse a la Unión Europea y a la OTAN, a menos que esta última cambie su política respecto a la solicitud del país.
Con todo ello, el escritor sospecha que la guerra va a continuar como un conflicto «muy enquistado» y ha dicho que durará «por lo menos, lo que me queda de vida a mí» (nació en 1959), una vida que ha dedicado a estudiar a Rusia, según ha destacado para concluir.