El guardia civil de La Manada ya fue suspendido de empleo y se arriesga a la expulsión del Cuerpo tras la condena
El guardia civil Antonio Manuel Guerrero, uno de los cinco jóvenes sevillanos integrantes de La Manada condenado a nueve años por abusar sexualmente de una joven de 18 años durante los Sanfermines de 2016, ya fue suspendido de empleo y ahora se arriesga a la expulsión del Cuerpo, de acuerdo a la Ley de Régimen Disciplinario del Instituto Armado, han informado a Europa Press fuentes de la institución.
La Guardia Civil abrió a Antonio Manuel Guerrero, agente en práctica de 29 años, un expediente disciplinario después de que fuera detenido por participar en esta agresión grupal junto a un grupo de amigos. Dicho expediente se resolvió con la suspensión de empleo y sueldo, a la espera de que la sentencia fuera firme.
La Audiencia Provincial de Navarra ha dado a conocer este jueves la sentencia, que rechaza la petición de la Fiscalía de agresión sexual. En el caso de Antonio Manuel, ha sido penado también por robar el móvil de la joven tras la agresión sexual, tal y como reconoció en el juicio, por lo que se le ha condenado por un delito leve de hurto, que supone una pena de dos meses de multa a 15 euros por día.
Desde el momento en el que la sentencia por la agresión perpetrada de madrugada en el portal de una vivienda ya es firme, un oficial de la Guardia Civil designado como instructor y un secretario valorarán la infracción que ha cometido este guardia civil a efectos de aplicar la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario 12/2007.
Fuentes del Instituto Armado han explicado a Europa Press que Antonio Manuel se arriesga a ser sancionado con casi toda probabilidad a una falta muy grave. La resolución que se adopte será firmada por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, a propuesta del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, según detallan las citadas fuentes.
TRES SANCIONES PARA FALTAS MUY GRAVES
En el artículo 7.13 se regula la sanción para quien «comete un delito doloso condenado por sentencia firme, relacionado con el servicio, o cualquier otro delito que cause grave daño a la Administración, a los ciudadanos o a las entidades con personalidad jurídica».
«Las sanciones disciplinarias», dice el Régimen de la Guardia Civil, «tienen por finalidad la corrección de comportamientos perjudiciales para el servicio o para los ciudadanos, o lesivos para el funcionamiento de la Institución». En los casos de faltas muy graves, la sanción prevista va desde la separación del servicio a la suspensión de empleo desde tres meses y un día a un máximo de seis años; o pérdida de puestos en el escalafón.
Los cinco jóvenes agresores de La Manada han sido condenados a nueve años de prisión cada uno de ellos por delitos continuados de abuso sexual con prevalimiento y absueltos del delito de agresión sexual, un criterio con el que uno de los magistrados se ha mostrado disconforme, al considerar que deberían haber sido absueltos. La defensa ha anunciado que recurrirá el fallo, al sostener que sí hubo agresión.
Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo (29 años), militar de profesión, han conocido el fallo desde la prisión militar de Alcalá Meco, donde se encuentran internados. José Ángel Prenda (28 años), Jesús Escudero (27) y Ángel Boza (26) lo han hecho desde la cárcel de Pamplona.
Los integrantes de La Manada también han sido investigados por abusar sexualmente en mayo del año pasado de otra joven de 21 años a la que conocieron en la feria de Torrecampo, desplazándose con ella en coche a Pozoblanco (Córdoba).