El Gobierno Vasco expresa su «condena radical de la sinrazón que supuso la actividad terrorista de ETA»
Subraya que 854 víctimas mortales y los miles de heridos, secuestros, amenazas y extorsiones son «reflejo vivo de aquella sinrazón»
VITORIA, 19
El Gobierno Vasco, en el décimo aniversario del cese de la actividad de ETA, ha expresado en una declaración institucional su «condena radical de la sinrazón» que supuso la actividad terrorista de la banda, que «durante más de cuarenta años supuso la vulneración más grave de los derechos y libertades de todos y todas», y ha subrayado que «las 854 víctimas mortales y las miles de personas heridas, secuestradas amenazadas, coaccionadas y extorsionadas son reflejo vivo de aquella sinrazón».
El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, ha leído, tras la reunión del consejo de Gobierno en Vitoria, una declaración institucional en la que recuerda que el 20 de octubre del año 2011 ETA anunciaba el cese definitivo de su actividad.
«Hoy, 10 años después y representando el sentir de la inmensa mayoría de la sociedad vasca, el Gobierno Vasco quiere, en este aniversario, dirigir una mirada triple», ha explicado.
En primer lugar, el Ejecutivo ha dirigido una mirada al pasado, «en términos de condena radical de la sinrazón que supuso la actividad terrorista de ETA, quien durante más de cuarenta años supuso la vulneración más grave de los derechos y libertades de todos y todas».
«Las 854 víctimas mortales y los miles de personas heridas, secuestradas amenazadas, coaccionadas y extorsionadas son reflejo vivo de aquella sinrazón», subraya.
MIRADA «EN TÉRMINOS POSITIVOS»
En segundo lugar, ha realizado una mirada «en términos positivos» a los diez años transcurridos desde el 20 de octubre de 2011, porque «tras sentirnos liberados del lastre de la violencia, caminamos con determinación y paso firme en la buena dirección».
«El reconocimiento legal, institucional, social y moral de las víctimas –de todas las víctimas; de las víctimas de ETA y de las víctimas de todas las vulneraciones de derechos–, la convicción compartida de que el futuro debe tener memoria, y el haber recuperado como sociedad la confianza en nuestras propias capacidades representan avances significativos en este camino», indica.
Finalmente, el Ejecutivo quiere dirigir una mirada al futuro «esperanzada y comprometida» a «seguir construyendo entre todos y todas, sobre la base de un corpus sólido y compartido de principios y valores éticos y democráticos».
«La dignidad de la persona, la protección y la garantía efectiva de los derechos humanos, la no violencia, el respeto, el diálogo, el pluralismo, la diversidad. Todos y todas nos sentimos reconocidos en esos principios. Más y mejor convivencia. Ese es el camino. Entre todos y todas, para todos y todas. Sin dejar a nadie atrás», concluye la declaración.