El Gobierno nombra nuevo embajador en Argentina cinco meses después y sin una disculpa previa de Milei
Albares lo justifica por la necesidad de mirar hacia el futuro y poner las relaciones institucionales a «la altura» de los lazos existentes
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el nombramiento del diplomático Joaquín María de Arístegui como nuevo embajador en Buenos Aires, dando por zanjada así la crisis diplomática con el Gobierno de Javier Milei cinco meses después de la retirada de la anterior embajadora, han informado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La designación de De Arístegui, hasta ahora embajador en Colombia, se ha producido a propuesta del titular de Exteriores, José Manuel Albares, y pese a que no se ha producido la disculpa pública de Milei tras tildar de «corrupta» a la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
«Hemos decidido trabajar mirando hacia el futuro y teniendo siempre como guía el bienestar común de nuestros pueblos hermanos», ha justificado Albares, en una breve declaración difundida por su departamento, en la que ha sostenido que «las relaciones institucionales deben de estar a la altura de las relaciones humanas que han tejido dos pueblos hermanos como son el español y el argentino».
El nombramiento del nuevo embajador se ha hecho «desde el deseo de alcanzar el máximo nivel de confianza y de respeto mutuo político e institucional entre dos países hermanos que tienen relaciones de enorme intensidad», ha justificado el ministro, en línea con el mensaje del comunicado conjunto que han publicado los dos gobiernos simultáneamente con el anuncio.
En dicho texto, reivindican que España y Argentina son «pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales» y sostienen que la lengua y cultura compartida así como «los importantes intercambios económicos, comerciales y de inversión deben actuar siempre como guía en las relaciones entre nuestros dos países».
LOS GOBIERNOS DEBEN ESTAR A LA ALTURA DE LOS LAZOS
Por ello, recalcan que la relación entre los dos gobiernos «debe estar a la altura de la intensidad de los vínculos que unen a nuestros pueblos y sociedades» y por tanto se comprometen «a fortalecer nuestra relación para que alcance el máximo nivel de confianza y respeto mutuo en términos políticos e institucionales que nuestros pueblos merecen» y a «buscar siempre puntos de conexión en la consecución de nuestro objetivo común, que es el bienestar de nuestros ciudadanos».
Así las cosas, también apuestan por trabajar juntos «como socios prioritarios» para incrementar los intercambios comerciales y «para lograr una rápida y efectiva conclusión del Acuerdo de Asociación Unión Europea-MERCOSUR» y por seguir fortaleciendo la Comunidad Iberoamericana «como un espacio de progreso, solidaridad y consenso en beneficio de los pueblos de Iberoamérica».
El comunicado cita expresamente la Cumbre Iberoamericana que acogerá España en 2026 pero antes la ciudad ecuatoriana de Cuenca acogerá una nueva cita de jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos los próximos 14 y 15 de noviembre.
En este foro deberían participar tanto Sánchez como Milei, lo que podría propiciar un primer contacto entre ambos habida cuenta de que aunque el presidente argentino ha estado en dos ocasiones en Madrid desde su llegada al cargo en diciembre de 2023 no ha habido ningún encuentro oficial.
LLAMADA A CONSULTAS Y RETIRADA DE LA EMBAJADORA
El Gobierno procedió a retirar a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, el pasado 21 de mayo después de que no llegaran las disculpas que pedía al presidente de Argentina tras haber tildado de «corrupta» a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, durante un acto organizado por Vox en Madrid dos días antes.
La reacción inicial fue llamar a consultas a la embajadora el 19 de mayo, para lo cual Albares compareció de urgencia en rueda de prensa en Moncloa, al día siguiente se convocó al embajador argentino en Madrid al Ministerio de Exteriores y, por último, tras constatar que Milei no solo no reculaba sino que abundaba en sus críticas hacia Sánchez, se retiró a la embajadora, quien posteriormente fue cesada formalmente.
El hecho de que Alonso hubiera sido cesada obligaba al Gobierno a nombrar a un nuevo diplomático para ocupar el cargo y solicitar el plácet a Buenos Aires, que podía poner impedimentos o demorar su autorización. La designación de De Arístegui en el Consejo de Ministros se produce después de que el Gobierno de Milei haya dado su visto bueno, por lo que habría habido contactos entre ambas administraciones al respecto en las últimas semanas.
A mediados de agosto, Albares mantuvo una conversación telefónica con la canciller argentina, Diana Mondino, que desde Buenos Aires tildaron de «cordial», pero de cuyo contenido no trascendieron más detalles. Posteriormente, la vicepresidenta de Argentina, Victoria Villaruel, visitó España a principios de octubre, si bien no hubo ningún contacto oficial con el Gobierno español.
No obstante, además de reunirse con el presidente del Senado, Pedro Rollán, ya que Villaruel también preside la Cámara Alta de su país, participó en la Conferencia Internacional sobre Víctimas de Terrorismo organizada por la ONU en Vitoria y que estuvo presidida por el Rey Felipe VI y contó con la presencia tanto de Albares como del titular de Interior, Fernando Grande Marlaska.
EL DETONANTE DE LA CRISIS
«No saben qué tipo de sociedad y país puede producir el socialismo y qué calaña de gente atornillada en el poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar. Aún cuando tenga la mujer corrupta, digamos ensucia, y se tome cinco días para pensarlo», comentó Milei en un acto organizado por Vox el 19 de mayo.
Fueron estas palabras las que desencadenaron una crisis que había venido precedida dos semanas antes por la polémica provocada por unas declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, dando a entender que el presidente argentino consumía «sustancias».
Ya entonces, desde Buenos Aires se había apuntado hacia Begoña Gómez, la mujer de Sánchez. «El Gobierno de Pedro Sánchez tiene problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia», sostuvo en un comunicado.
En el Gobierno español molestó, además de las palabras sobre la mujer del presidente, el hecho de que Milei se hubiera comportado de este modo pese a que se le había dado un tratamiento de viaje oficial cuando su desplazamiento a Madrid no lo era y no tenía previsto reunirse ni con Sánchez ni con el Rey, como suele ser costumbre cuando se visita por primera vez España.
El presidente de Argentina regresó a la capital española un mes después para recibir una condecoración de manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y aprovechó para volver a criticar a Sánchez, si bien en esta ocasión el Ejecutivo optó por no volver a cargar las tintas contra él. Desde entonces, el cruce de acusaciones había quedado en un segundo plano.