El Gobierno de Etiopía declara el estado de emergencia en todo el país tras los recientes enfrentamientos

El Gobierno de Etiopía ha declarado el estado de emergencia a nivel nacional en medio de un recrudecimiento de los enfrentamientos en diversas regiones del país contra los rebeldes del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), que aseguran haber logrado nuevos avances en su ofensiva.

El Consejo de Ministros ha aprobado la medida este martes, según ha informado el ministro de Justicia, Gedion Timoteos, junto con el ministro de Servicios de Comunicaciones del Gobierno, Legese Tulu, en una rueda de prensa que recoge la televisión Fana.

La medida entra en vigor este mismo martes y, según las autoridades, busca «evitar que los ciudadanos sean atacados» por el TPLF en varias partes del país. Ahora será la Cámara de Representantes del Pueblo, la cámara baja del Parlamento, la que tendrá que dar luz verde a esta disposición en las próximas 48 horas.

Este mismo martes, las autoridades de la capital etíope, Adís Abeba, han instado a los ciudadanos a armarse y proteger los barrios ante el avance de los rebeldes. Las armas deberán ser registradas en la Policía en los próximos dos días, han indicado.

«Se espera que los individuos con armas personales, armas legales, protejan sus barrios de forma organizada», ha detallado Kenea Yadeta, de la oficina de administración de la paz y la seguridad de la capital en una rueda de prensa en Fana.

El TPLF ha asegurado durante los últimos días que ha logrado avances en Amhara, haciéndose con el control de Dessie y Kombolcha. Asimismo, el TPLF ha confirmado contactos con el grupo rebelde Ejército de Liberación Oromo (OLA), escindido del Frente de Liberación Oromo (OLF) tras el acuerdo de paz de 2018, que ha lanzado también ofensivas contra el Ejército en la región de Oromía, lo que con una expansión del conflicto a nivel nacional.

En medio de la tensión, Estados Unidos ha anunciado este martes que retira las ventajas comerciales a Etiopía y a una serie de países africanos por su situación política y en represalia por las violaciones de Derechos Humanos.

El conflicto comenzó en noviembre del año pasado cuando Abiy ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en la capital de Tigray, Mekelle, tras meses de tensiones entre el TPLF y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas –entre ellas Tigray– por la inseguridad.

Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país.

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