El Gobierno de Cuba da por roto el diálogo con los artistas tras tacharlos de «mercenarios»
Los artistas convocados por el Ministerio de Cultura querían que Díaz-Canel acudiese a la reunión y también «prensa independiente»
El Gobierno de Cuba ha dado por roto el diálogo planteado con el movimiento de artistas disidentes, después de señalar que estos «mercenarios» pretenden «imponer» las condiciones de un foro sin apenas precedentes en la isla, días después de vincular a Estados Unidos con las últimas movilizaciones en La Habana.
Todo parte de una protesta iniciada en la capital por el Movimiento San Isidro, que reunió a más de una decena de artistas para iniciar una huelga de hambre y reclamar, entre otras cosas, la liberacion del rapero Denís Solís, condenado a ocho meses de cárcel por desacato a la autoridad.
Este colectivo fue desalojado la semana pasada, pero su defensa de la libertad de expresión, reiterada con una protesta el 27 de noviembre ante la sede del Ministerio de Cultura a la que acudieron cientos de personas, recibió el respaldo de la mayor parte de la disidencia cubana y derivó en una promesa de diálogo por parte del régimen.
Sin embargo, el Gobierno ha endurecido su discurso en los últimos días, con el presidente, Miguel Díaz-Canel, calificando de «farsa» el Movimiento San Isidro. La televisión cubana se ha sumado a la campaña con reportajes que supuestamente muestran la sombra de Estados Unidos detrás de las últimas movilizaciones.
El Ministerio de Cultura ha explicado este viernes en un comunicado que «por respeto a las inquietudes y demandas de los jóvenes vinculados al arte», había accedido a una primera toma de contacto que duró cuatro horas y a la que acudió el viceministro, Fernando Rojas.
De este encuentro salió el compromiso de celebrar una segunda reunión, encabezada por el ministro y para la que deberían acordarse «listas de temas y participantes». El Ministerio ha lamentado que el jueves recibió un correo «insolente» donde se pretende imponer «quiénes, con quién y para qué aceptarán dialogar».
«Al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo», ha sentenciado el Ministerio.
En este sentido, el Gobierno ha sostenido que no se reunirá con «personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios», si bien ha evitado dar nombres concretos. Tampoco lo hará «con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses».
El Ministerio ha matizado que las «oportunidades de diálogo» siguen «abiertas» para los artistas «que no han comprometido su obra con los enemigos de la nación cubana». «Con los mercenarios, no nos entendemos», ha sentenciado en su nota, que lleva adjunta precisamente el correo de la polémica.
GARANTÍAS Y EN PRESENCIA DE DÍAZ-CANEL
Dicho texto plantea una serie de «ideas para condiciones» de la reunión y, como primer punto, «garantías de seguridad y protección para todos los participantes», dado el «acoso, hostigamiento y criminalización» que sufren». La lista de asistentes, además, «no puede ser negociable», reza el texto.
Por parte del Gobierno, los artistas plantean que asista también Díaz-Canel y representantes de los ministerios del Interior y de Justicia, ya que consideran que los temas tratados «superan las facultades del Ministerio de Cultura», mientras que en cuanto a los medios reclaman permisos para «prensa independiente».
«No consideramos pertinente presentarnos a la reunión hasta que estas garantías hayan sido dadas públicamente», advierten.