El Gobierno de Chad acepta una misión internacional para investigar las muertes durante las protestas
Las autoridades chadianas han anunciado que aceptan el despliegue de una misión internacional de investigación para aclarar lo ocurrido durante la violencia política desatada el 20 de octubre, en la que murieron unas 50 personas y más de 300 resultaron heridas.
«La verdad es importante. Hubo muertes. Cada parte da su versión. La población debe saber. Tiene que saber quién envió a quién a hacer qué», ha destacado el ministro congoleño de Integración Regional, Didier Mazenga Mukanzu, uno de los dos enviados especiales para Chad de la Comunidad Económica de Estados del África Central (CEEAC), citado por la emisora RFI.
La misión de facilitación de la CEEAC, activa desde el 25 de octubre, ha planteado la posibilidad de una misión de investigación internacional y las autoridades militares chadianas han aceptado. «La colaboración de personas ajenas puede ayudar», ha indicado una fuente diplomática chadiana citada por RFI.
La misión de la CEEAC ha mantenido una intensa actividad en los últimos días y se ha reunido con representantes del Gobierno, de la oposición exiliados, con diplomáticos y con religiosos. «No debemos dramatizar. Chad debe ir a elecciones. Y tenemos que apoyarlo», ha afirmado Mukanzu antes de destacar el «deseo de avanzar» demostrado por todas las partes.
Mukanzu ha explicado que espera que se celebre a largo plazo una reunión entre todas las partes en Kinshasa, la capital de República Democrática del Congo.
El líder de la junta de Chad, Mahamat Idriss Déby, ha descrito las protestas como una «insurrección organizada» que contaba con el apoyo de «potencias extranjeras» y ha acusado a los manifestantes de «matar a sangre fría a civiles y asesinar a miembros de las fuerzas de seguridad» con la vista puesta en generar una «guerra civil».
Las protestas estallaron después de que la junta decidiera extender otros dos años el mandato de Déby, que inicialmente tenía previsto abandonar el cargo para devolver el poder a un gobierno civil. Fue nombrado presidente por el Ejército en 2021 tras la muerte de su padre, Idriss Déby Itno, que llevaba al frente del país desde 1990.