El Gobierno aprueba un incentivo al empleo del IMV, que estima que beneficie a unos 100.000 hogares
El Gobierno ha aprobado este martes en Consejo de Ministros un incentivo al empleo en el Ingreso Mínimo Vital (IMV) que se activará cuando los beneficiarios de la prestación vean incrementados sus ingresos del trabajo porque hayan encontrado empleo o mejorado sus condiciones. Fuentes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones calculan que 1 de cada 5 hogares que reciben el IMV podrían beneficiarse de este incentivo, es decir, unos 100.000.
La cuantía del incentivo dependerá de la composición del hogar, de la cuantía del incremento salarial y del tipo de movimiento. Así, las cuantías serán más altas para los hogares con menores a cargo, con especial atención a las familias monoparentales y en las que conviven personas con discapacidad.
Además, al principio, el incentivo será mayor y, a medida que se produce el incremento de salario, el incentivo modera su crecimiento. Asimismo, la cuantía será más alta si la persona estaba fuera del mercado laboral y se incorpora a él, que en el caso en que ya estuviera trabajando.
Por ejemplo, una persona que vive sola y no ha tenido ingresos el año anterior recibe un IMV de 5.899,60 euros al año. Si al año siguiente, el Instituto Nacional de la Seguridad Social revisa la prestación y observa que ha tenido ingresos por valor de 1.000 euros, el IMV se reduciría en la misma cantidad, por lo que se quedaría con un IMV de 4.899,60 euros al año. No obstante, al aplicarse el incentivo al empleo, recibiría 1.000 euros extra que, sumado al IMV y a los 1.000 euros de su empleo, darían un total de 6.899,60 euros al año.
De esta forma, la existencia del incentivo hace que esa persona no pierda en la prestación lo que ha ganado como ingresos del trabajo, y su renta total es siempre creciente por lo que le compensa trabajar, según precisan las mismas fuentes del Ministerio de Inclusión.
Además, puede darse la situación de que la persona supere los ingresos para percibir el IMV pero siga cobrando el incentivo. Por ejemplo, una persona que vive sola y no ha tenido ingresos el año anterior pasa a tener unos ingresos de 6.000 euros. Si no existiera el incentivo, dejaría de recibir el IMV, pero al aplicarlo, el incentivo sería de 4.147,31 euros, por lo que la renta de esa persona sería de 10.147,31 euros al año.
En el caso de una familia monoparental con un menor a cargo que no ha tenido ingresos el año anterior, esta recibe un IMV de 10.737 euros al año –hay que tener en cuenta que las familias monoparentales tienen un complemento del 22% de la prestación–. Si al revisar el IMV se observa que ha tenido ingresos por valor de 1.000 euros, se aplicará un incentivo de 1.000 euros, por lo que su renta será de 11.737 euros al año.
El incentivo entrará en vigor el 1 de enero de 2023 pero no empezará a pagarse hasta mitad de año, aproximadamente, que es cuando se revisa la prestación para comprobar si ha habido cambios. Al no tratarse de una nueva prestación independiente del IMV, no se tiene que solicitar sino que se calcula de oficio y solo se activará si se producen cambios en los ingresos del trabajo.
Desde el Ministerio de Inclusión aseguran que la medida no generará ningún coste fiscal sino que, al contrario, podrá generar ingresos, ya que la cuantía del IMV baja al aumentar el salario de los beneficiarios y aumentan las cotizaciones a la Seguridad Social, al haber más horas trabajadas. En concreto, estiman que por cada euro que cuesta el incentivo al empleo se recaudarán entre 1 y 3,5 euros.
Además, desde el departamento que dirige José Luis Escrivá han apuntado que están diseñando un simulador virtual del incentivo al empleo para todas las tipologías contempladas, de forma que las personas beneficiarias puedan saber qué incentivo les correspondería.