El Gobierno afgano promete proteger a los medios ante las amenazas de los talibán
La Presidencia de Afganistán ha asegurado este martes que hará todo lo posible para proteger a los periodistas en el país después del ultimátum dado la víspera por los talibán a todos los medios de comunicación para que dejen de emitir o publicar publicidad que consideran que es «propaganda contra sus combatientes».
Los insurgentes han dado de plazo una semana a todos los medios del país, advirtiendo de que una vez pasado ese tiempo periodistas y demás empleados se convertirán en «objetivos militares».
En un comunicado, la oficina del presidente, Ashraf Ghani, ha defendido que la libertad de expresión es un gran logro por el que los afganos han hecho muchos sacrificios, según informa la cadena de televisión Tolo News.
En este sentido, ha dejado claro que el Gobierno hará todo lo que esté en su mano para garantizar la seguridad de los periodistas porque «amenazar y atacar la libertad de expresión y a los medios, bajo cualquier pretexto, contraviene los valores islámicos y humanos».
También ha criticado el ultimátum de los talibán el embajador estadounidense en Kabul, John R. Bass. «Los dinámicos medios de Afganistán son un testamento de los logros de los últimos 18 años», ha destacado en un mensaje en Twitter, advirtiendo de que «el periodismo no es un delito es un valioso servicio público al mundo».
«Llamamos a los talibán a que dejen de amenazar a periodistas afganos», ha reclamado Bass. «Más violencia, contra periodistas o civiles, no traerá seguridad y oportunidad a Afganistán, ni ayudará a los talibán a lograr sus objetivos políticos», ha advertido.
Los talibán han mantenido varias rondas de conversaciones con representantes de Estados Unidos con miras a poner el fin al conflicto en Afganistán. De hecho, está previsto que esta misma semana tenga lugar una nueva ronda de contactos en Doha, con la salida de las tropas extranjeras del país como principal punto de discusión.
Los talibán ya han atentado en el pasado contra la prensa. En 2016, mataron a siete trabajadores de la cadena de televisión Tolo TV en un ataque con coche bomba contra un autobús en el que viajaban en Kabul. Según argumentó el grupo insurgente, la cadena producía propaganda que respaldaba la ocupación de Afganistán por parte de Estado Unidos y sus aliados.
