El frío y el viento pueden alterar la película lagrimal que protege la superficie ocular, asegura un experto


El doctor Felipe Costales del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) asegura que «la exposición prolongada a bajas temperaturas, así como al viento y a ambientes calefaccionados, puede alterar la película lagrimal que protege la superficie ocular».

Además, «esto no solo genera incomodidad, sino que puede desencadenar en queratitis y empeorar enfermedades como el síndrome del ojo seco», añade. Por ello, expertos del ICQO aconsejan beber agua para hidratar los ojos y evitar la calefacción excesiva, entre otras cuestiones.

Los ojos son órganos especialmente sensibles a los cambios climáticos, y el frío extremo puede provocar la contracción de los vasos sanguíneos en el área ocular, que combinado con el viento y la disminución de la humedad ambiental, puede causar sequedad ocular, irritación, sensibilidad a la luz, y en algunos casos, problemas más graves como inflamaciones o infecciones.

la sequedad ocular es una dolencia que se intensifica en invierno debido al aire seco, el uso de calefacción, y la exposición al viento y al frío. Estos factores contribuyen a la evaporación de la película lagrimal y la reducción de la hidratación ocular, agravando los síntomas de picor, escozor y visión borrosa transitoria, según asegura el doctor Costales.

«Entre los síntomas más frecuentes se encuentran picor, escozor, sensación de cuerpo extraño, y en casos graves, queratitis por falta de hidratación corneal. Sin tratamiento, puede conducir a infecciones oculares recurrentes e incluso daño en la córnea», añade.

Asimismo, los estudios multicéntricos en zonas de clima seco y húmedo han confirmado que los síntomas de sequedad ocular son más frecuentes e intensos en áreas y épocas con menor humedad relativa. La calefacción, además, puede empeorar la sequedad ocular en interiores al reducir la calidad del aire. Además, quienes padecen enfermedades oculares crónicas, como glaucoma o cataratas, suelen experimentar un aumento en sus síntomas debido a las bajas temperaturas.

Ante esta situación, los especialistas del ICQO recomiendan adoptar medidas preventivas para mantener una buena salud ocular durante esta época de frío. Entre estas destaca el uso de lágrimas artificiales para contrarrestar la sequedad. También beber mucha agua, ya que con ella se controla el ojo seco.

Además, es importante llevar gafas de sol o gafas de protección en días con viento o fríos. También hay que evitar la calefacción excesiva y mantener los niveles de humedad en el hogar mediante humidificadores.

En último lugar, los expertos recomiendan parpadear frecuentemente, sobre todo al trabajar frente a pantallas, para mantener la superficie ocular lubricada. Ante síntomas persistentes o molestias, hay que acudir al oftalmólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuado.

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