El estrés de los mercados financieros españoles siguió reduciéndose y cerró 2023 en riesgo bajo, según la CNMV
El indicador de estrés de los mercados financieros españoles siguió descendiendo y estabilizándose en niveles de riesgo bajo a finales de 2023, en línea con la tendencia a la baja observada durante casi todo el año pasado, según se desprende de la Nota de estabilidad financiera de diciembre que ha publicado este jueves la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV).
En concreto, el indicador cerró 2023 situado en el 0,24, por debajo del umbral que separa el estrés medio del bajo (0,27), en tanto que el nivel máximo alcanzado el año pasado se produjo en marzo con un 0,44 (estrés medio) por la quiebra de varias entidades financieras regionales en Estados Unidos -además de la absorción de Credit Suisse por parte de UBS- que hizo tambalear a los mercados.
Así, el dato final de 2023 implica una sustancial mejora respecto al de 2022, cuando el estrés de los mercados concluyó el ejercicio en la horquilla de riesgo medio, en el 0,45, y llegó a situarse en octubre de ese año en el 0,54, siendo esta ocasión la última vez que se registró un estrés alto.
De vuelta al último trimestre de 2023, el supervisor bursátil ha explicado que, desde mediados de septiembre, el indicador ha oscilado entre 0,24 y 0,27 y ha mantenido una tónica en la que los mayores niveles de estrés se observaron en los segmentos relacionados con los instrumentos de renta fija (mercados monetarios y deuda), al situarse en torno al 0,5 y debido, sobre todo, a los repuntes de volatilidad en un contexto en el que los inversores empezaron a masticar con fuerza la idea de recortes de los tipos de interés.
En el caso del segmento de intermediarios financieros (bancos), el nivel de estrés, también en torno al 0,5 al cierre del año, ha mostrado una cierta resistencia a la baja, pues el efecto de la recuperación de las cotizaciones se ha visto compensado por el leve aumento de la volatilidad, en tanto que la CNMV ha subrayado el «sustancial descenso» del estrés en el segmento de renta variable no financiera, cuyo último valor -correspondiente a enero- es de 0,25, pero que llegó a 0,04 a finales de diciembre.
El supervisor también ha señalado como destacable el descenso de la correlación del sistema, que suele ser habitual en momentos de estrés más reducido.
La CNMV ha señalado que la evolución de los mercados financieros ha estado condicionada por la desaceleración de la actividad económica nacional, si bien la fortaleza relativa del consumo privado le permitió a España mantener tasas de crecimiento sensiblemente superiores a las de la eurozona, hasta el punto de cerrar el año con un PIB del 2,5%, el avance más notable de entre las grandes economías del mercado comunitario.
Con todo, el informe ha puesto el foco en que persiste en todo caso un grado elevado de incertidumbre relacionado, en parte, con las consecuencias derivadas de la subida de los tipos de interés hasta niveles altos, del incremento acumulado de precios y de los posibles efectos de segunda ronda, así como la permanencia de incertidumbres geopolíticas de carácter internacional.
Por otra parte, a pesar de la incertidumbre respecto a la intensidad de la desaceleración económica y las expectativas sobre los tipos, los mercados de acciones mostraron revalorizaciones importantes en el conjunto del año, especialmente en el primer y último trimestre.
Asociado a esto, la revalorización anual del Ibex 35 fue significativa, del 22,8 %, solo superada en Europa por su homólogo italiano, en tanto que las condiciones de liquidez y de volatilidad fueron favorables pero la negociación delos valores volvió a retroceder.
En los mercados de renta fija, en los que el bono español a diez años cerró en torno al 3% (por debajo del 3,6% del cierre de 2022) y con la prima de riesgo por debajo de los 100 puntos (diez menos que un año antes), lo más destacable para la CNMV fue el aumento de las rentabilidades de los distintos instrumentos hasta octubre y su reversión en el tramo final de año, así como el fuerte aplanamiento de la curva de tipos, por el cambio de ciclo de la política monetaria.
FUENTES DE INCERTIDUMBRE: TIPOS ELEVADOS, TECNOLOGÍA Y GEOPOLÍTICA
La CNMV ha apuntado como potenciales fuentes de incertidumbre sobre el sistema financiero a la prolongación de tipos de interés elevados (el BCE los mantuvo la semana pasada en el 4,5% y la Fed hizo ayer lo propio al dejarlos ayer en el 5,25-5,5%), el uso creciente de los últimos desarrollos tecnológicos aplicados a las finanzas y la existencia de incertidumbres geopolíticas que podrían generar espirales negativas en los mercados y pérdidas de confianza.
Sobre los tipos de interés, el supervisor bursátil ha aducido en el informe que su mantenimiento en tasas elevadas supone prolongar en el tiempo el esfuerzo financiero de los agentes más endeudados y, en consecuencia, puede afectar al riesgo de crédito; además, también existe riesgo de reajuste o reevaluación de expectativas en los mercados en función de la evolución económica.
Sobre los avances tecnológicos aplicados en el ámbito financiero, que van desde el ámbito de los criptoactivos hasta los riesgos cibernéticos y todo lo relacionado con la inteligencia artificial generativa, la CNMV ha considerado que «todas estas parcelas podrían ser fuentes potenciales de inestabilidad para el sistema financiero y, por tanto, de interés creciente para los reguladores y supervisores financieros».