El estrés de los mercados financieros españoles se mantiene en un nivel de riesgo «bajo»
Solo se incrementó ligeramente en agosto por las caídas bursátiles de los principales índices bursátiles
El indicador de estrés de los mercados financieros españoles se ha mantenido en un nivel de riesgo «bajo» en el tercer trimestre, a pesar de que en agosto experimentó un ligero ascenso por las caídas bursátiles que se registraron en los primeros días del octavo mes en todo el mundo, según el boletín trimestral que ha publicado este martes la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El supervisor explica que este indicador proporciona una medida en tiempo real del riesgo sistémico en el sistema financiero español que oscila entre cero y uno. Para ello evalúa el estrés en seis segmentos del sistema financiero y lo agrega, con lo que se obtiene una única cifra que tiene en cuenta la correlación entre dichos segmentos.
Las estimaciones econométricas indican que valores del indicador por debajo de 0,27 corresponden a periodos de estrés reducido, mientras que valores entre 0,27 y 0,49 corresponden a periodos de estrés intermedio y por encima de 0,49, a periodos de estrés elevado.
De esta forma, explica que durante el último trimestre el riesgo se ha mantenido por debajo de 0,27, hasta situarse en la primera semana de octubre en 0,20. Tan solo a principios de agosto, el indicador de estrés se incrementó hasta un nivel de riesgo medio (0,30), tras el «notable» descenso que se produjo en las cotizaciones bursátiles a nivel mundial.
De manera individual, el segmento que ha alcanzado los mayores niveles de riesgo ha sido el de los mercados monetarios (o renta fija a corto plazo), que se ha situado alrededor de 0,60 en todo el periodo, alcanzando de forma puntual máximos de 0,65.
Por el contrario, en el mercado de bonos (renta fija a largo plazo), con la relativa estabilización de los tipos de interés, se redujo el nivel de estrés levemente, oscilando entre 0,35 y 0,50.
La CNMV señala que la evolución reciente de los mercados tanto en España como en el resto del mundo ha estado condicionada por el cambio de orientación de las políticas monetarias y las perspectivas al respecto en los próximos meses, así como por la reciente intensificación del conflicto geopolítico en Oriente Medio, cuyo desarrollo y efectos sobre la actividad económica son «difíciles de evaluar».
Explica que la inflación ha mostrado durante la mayor parte del ejercicio un «comportamiento positivo», acercándose a los objetivos de los bancos centrales, provocando rebajas de tipos. Sin embargo, la CNMV cree que la escalada de tensión en Oriente Medio podría afectar al precio de la energía y las materias primas «generando nuevos repuntes de precios» y posponiendo nuevas rebajas de tipos.
A su vez, la actividad económica, que experimenta una evolución dispar entre regiones (EE.UU. muestra dinamismo en su actividad, pero tanto la zona euro como China presentan crecimientos débiles), podría verse debilitada en un contexto de ralentización de los niveles de actividad de la zona euro y elevado endeudamiento de las grandes economías.
Los mercados financieros han acogido «con ganancias de precios» este escenario económico. En el caso de la renta variable, la CNMV iondica que los principales índices acumularon ganancias «significativas» en el primer trimestre de este año, que se corrigieron en parte en el segundo y, finalmente, se han reanudado en el tercero, tras producirse los recortes de tipos por parte de los bancos centrales.
En concreto, los avances acumulados en el ejercicio se sitúan en la zona euro entre el 1,2% del francés CAC 40 y el 17,6% del Ibex 35, con un 10,6% en el Eurostoxx 50, mientras que los estadounidenses se revalorizan entre el 12,3% y el 21,2% y los japoneses algo más del 13%.
Sin embargo, recoge la percepción de que se pueden estar infravalorando «algunos riesgos» y de que podría existir una cierta «sobrevaloración» en algunos mercados. «De ser así, el desencadenamiento en el futuro de shocks no necesariamente financieros puede originar reevaluación de los riesgos de algunos activos, con las correspondientes correcciones de mercados, y dar lugar a nuevos episodios de volatilidad en el futuro».
Por otro lado, los mercados de deuda soberana a largo plazo han registrado descensos en sus rendimientos durante el tercer trimestre del año, que han sido de entre 35 y 50 puntos básicos en la zona euro y de 58 puntos básicos en el caso de EEUU, motivados por las rebajas de tipos y las perspectivas sobre su evolución en los próximos meses.
La CNMV expone que la evolución de estos rendimientos a lo largo de 2024 ha sido «irregular» a medida que las rebajas de tipo se fueron retrasando en el tiempo, frente a la expectativa de inicio de año que descontaba más recortes y que se produjeran antes.
Así, el descenso en las rentabilidades no se ha consolidado hasta materializarse dichas rebajas y ha tenido mayor impacto en los tramos más cortos de la curva, provocando cierto aplanamiento de esta. Al cierre del trimestre, el rendimiento de la deuda a 10 años se situaba por debajo del 3,8% en EEUU, mientras que en la zona euro oscilaba entre el 2% y el 3,5%. En España este rendimiento alcanzaba el 2,93%.
POSIBLE SOBREVALORACIÓN DE LAS BIG TECH
Al igual que el Banco de España en su Informe de Estabilidad Financiera de otoño de 2024, la CNMV también ha recogido el episodio de volatilidad que sufrieron las bolsas mundiales en agosto y ha alertad de la posible sobrevaloración de las bigtech estadounidenses.
La CNMV explica que el temor a una recesión económica en EEUU desató un episodio de turbulencias que provocó caídas significativas en los primeros días del mes de agosto. «La situación se revirtió rápidamente, pero intensificó las expectativas sobre una primera rebaja de tipos por parte de la Reserva Federal en septiembre, a la vez que puso de manifiesto algunos riesgos para la estabilidad financiera», explica.
Aunque, según explica el supervisor en el boletín, el detonante fue la «fuerte caída» de los índices japoneses unida al fenómeno de carry trade , el precedente de las caídas fue un dato «débil» de empleo del mes de julio en EEUU, que «defraudó las expectativas de los inversores que confiaban en la fortaleza económica del país y su crecimiento».
A esta situación se unió la caída de las grandes empresas tecnológicas, «cuyas cotizaciones son muy elevadas y alcanzan valoraciones muy exigentes». Las siete magníficas (grupo compuesto por Apple, Amazon, Google, Facebook, Microsoft, Tesla y Nvidia) registraban una «fuerte revalorización» en el año, salvo Tesla, basado en las expectativas de crecimiento de la inteligencia artificial.
«Sin embargo, los inversores han comenzado a cuestionar sus elevados precios, puesto que los resultados de algunas compañías se han situado por debajo de las previsiones y los plazos para generar resultados serán más largos de lo inicialmente esperado», explica la CNMV.
Además, el supervisor indica que los mercados estarían comenzando a cuestionarse la posibilidad de que algunos riesgos se estén infravalorando y de que determinados mercados, compañías o sectores, como las big tech , «puedan estar sobrevalorados».
«Este contexto invita a pensar que desencadenamientos futuros de shocks –no necesariamente financieros (en este caso asociados a la peor expectativa de crecimiento en EEUU)- pueden dar lugar a una reevaluación de los riesgos de algunos activos y a nuevos episodios de volatilidad en el futuro», concluye la CNMV al respecto.