El espionaje británico encubrió un intento de asesinato del rey Eduardo VIII en 1936

MADRID, 27

Los servicios secretos británicos para el interior, el MI5, encubrieron un intento de asesinato del rey Eduardo VIII en 1936 pagado por una potencia extranjera, concretamente la Italia fascista, según las memorias del magnicida frustrado que se han dado ahora a conocer.

Se trata del caso de George McMahon, quien apuntó con un revólver contra el monarca cuando cabalgaba cerca del Palacio de Buckingham. Fue condenado a solo doce meses de prisión por posesión de armas pese a que dijo que era un doble agente de una potencia extranjera y que estaba simulando el intento de magnicidio.

Sin embargo, ahora se sabe que apuntó realmente contra el rey desde la multitud, pero una mujer le cogió del brazo y un policía intervino dándole un puñetazo, lo que hizo que la pistola cayera al suelo y se disparara. La bala impactó en la montura del rey.

Lo ocurrido habría sido encubierto desde los más altos niveles del Gobierno, según las memorias de McMahon, descubiertas por el historiador Alexander Larman.

Larman ha explicado en declaraciones al diario The Guardian que esta revelación es «explosiva» porque hay detalles cruciales del relato de McMahon que coinciden con documentos desclasificados del MI5, incluidos los informes de sus entrevistas con él. Además confirma que McMahon era un informante pagado por los servicios secretos británicos.

McMahon explica que fue reclutado por la Embajada italiana en Londres para asesinar al monarca y que sus intentos de avisar al MI5 e incluso al ministro del Interior fueron ignorados.

«McMahon informó al MI5 de un intento de asesinato contra Eduardo en el verano de 1936, pero ignoraron esta información. Cuando pasó realmente, el 16 de julio, fue demasiado vergonzante y se encubrió todo», ha relatado Larman.

Larman descubrió las memorias de McMahon mientras investigaba para su libro sobre Eduardo VIII, su abdicación y la crisis constitucional provocada por su intención de casarse con una estadounidense divorciada, Wallis Simpson.

«La versión oficial (…) es que McMahon quería llamar la atención, que estaba confuso y que nunca tuvo intención de hacer daño al rey (…). Es totalmente posible que el MI5 estuviera al tanto del intento de McMahon y que le dejaran asesinar a Eduardo para quitar de en medio a un monarca que era una vergüenza a nivel internacional con simpatías nazis. O, sencillamente estaban abochornados por su arrogancia e incompetencia», ha destacado Larman.

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