El Ejército del Aire finaliza la misión de policía aérea en Lituania y se prepara para desplegar este mes en Estonia
El Ejército del Aire ha finalizado su misión en Lituania de policía aérea del Báltico, en un clima de tensión con Rusia desde la invasión de Ucrania, y se prepara para desplegar de nuevo en Estonia dentro de tres semanas.
Ocho cazas F-18 del Ala 12 del Ejército del Aire, con base en Torrejón de Ardoz, han permanecido desplegados durante los últimos cuatro meses en la base lituana de Siauliai para vigilar el cielo báltico de la intrusión de aeronaves sin identificar, sobre todo rusas.
El Destacamento Aéreo Táctico Vilkas ha estado formado por 130 militares que han realizado un total de 850 horas de vuelo y más de 480 salidas, según informa el Estado Mayor de la Defensa.
Ahora, la Fuerza Aérea española se prepara para un nuevo despliegue de policía aérea el próximo 22 de agosto en Estonia, que se prolongará hasta el 12 de septiembre. En esta ocasión, cuatro Eurofighter operarán desde la base de Amari, cerca de Tallin.
Además, un primer despliegue llevó a otros cuatro Eurofighter a Bulgaria entre febrero y marzo en la primera misión del Ejército del Aire en este país para contribuir a la supervisión del cielo del Mar Negro.
El objetivo de estas misiones es vigilar y garantizar la integridad del espacio aéreo del este de la Alianza y prevenir conflictos mediante medidas de defensa y disuasión creíbles, a través de la interceptación de aeronaves que sobrevuelen su espacio aéreo sin identificar.
Las misiones de policía aérea se realizan desde el año 2004, cuando Estonia, Letonia y Lituania, sin una Fuerza Aérea con capacidad propia suficiente de vigilancia y defensa, se unieron a la OTAN. Esta labor se reforzó en el año 2014 tras la invasión de la península de Crimea, cuando la Alianza decidió reforzar también la zona sur (Rumanía y Bulgaria).
La misión de los aviones aliados en estas operaciones es disuasoria a través de la interceptación e identificación de cualquier aeronave, normalmente rusa, que sobrevuele su espacio aéreo sin identificar o sin haber presentado un plan de vuelo.
Es lo que sucedió precisamente el pasado año en una visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la base de Siauliai, cuando una alerta obligó a uno de los cazas españoles a despegar urgentemente, interrumpiendo la rueda de prensa del jefe del Ejecutivo español junto a su homólogo lituano. También sucedió cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó a los efectivos desplegados en Bulgaria.