El Ejército de Tierra prepara un plan de contingencia para adaptarse a la situación post-coronavirus

El JEME asume que la situación económica afectará al mantenimiento de material o los ciclos de instrucción

El Ejército de Tierra trabaja en un plan de contingencia que le permita adaptarse a la nueva situación generada tras la crisis del coronavirus y que asume que supondrá modificaciones en aspectos como el adiestramiento de sus efectivos, el mantenimiento de material o las misiones internacionales.

El Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Francisco Javier Varela Salas, ha escrito a sus soldados una misiva sobre las líneas de actuación que les deben guiar durante los próximos meses «para amortiguar los efectos derivados de la crisis sanitaria».

El JEME resume en tres ideas principales su mensaje: estar más y mejor preparados para afrontar cualquier posible crisis similar al COVID-19; garantizar las condiciones mínimas necesarias para sostener, y si es posible mejorar, las condiciones de vida y trabajo en las unidades del Ejército de Tierra; y preservar las capacidades operativas esenciales, el liderazgo en las unidades y la formación en valores.

REFORZAR CAPACIDADES

En esta línea, insiste en la necesidad de que el Ejército de Tierra sea capaz de «prever, planear y prepararse» para futuras crisis». «Una y otra vez si fuera necesario», deja claro señalando éste como su «esfuerzo principal» en la actual situación.

Para hacerlo, toma lecciones de la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus, que ha demostrado la necesidad de «reforzar algunas capacidades» que, como la logística, el apoyo sanitario, las unidades NBQ u otras, se han mostrado «cruciales» durante las últimas semanas.

El JEME también señala la necesidad de mejorar los procedimientos de apoyo a las autoridades civiles, acumular reservas de equipos de protección y organizar sus actividades diarias y el adiestramiento de las unidades para minimizar contagios.

PRESERVAR LO ESENCIAL

En este escenario, asume que el Ejército de Tierra se verá afectado por la situación económica. «El comportamiento del Ejército de Tierra deberá seguir siendo ejemplar y pondrá todos sus recursos para hacer frente al desafío, con el firme propósito de adelantarse a los acontecimientos y con la esperanza de que, superada la situación, salgamos fortalecidos en aspectos intangibles como la moral y la cohesión», arenga el general Varela.

En este marco, el primero paso será «preservar lo esencial» para mantener el funcionamiento del Ejército de Tierra con unas condiciones «adecuadas y aceptables» de preparación y disponibilidad, lo que ya adelanta que ocasionará «sacrificios y renuncias temporales en el resto de acciones».

Entre estos «sacrificados» nombra los ciclos de instrucción y adiestramiento o el mantenimiento de vehículos, armamento o material; aunque apunta que esta situación no debería extenderse más allá de dieciocho meses.

Para hacerlo posible, una de las medidas será la baja del material que está ya próximo al fin de su vida útil, reduciendo así costes de su mantenimiento «en beneficio del sostenimiento de las flotas imprescindibles» y evitando con ello que la crisis «acabe produciendo daños irreparables».

MISIONES EN EL EXTERIOR

El JEME también señala la posibilidad de que se vea afectada su participación en misiones en el exterior, aunque otras operaciones pueden crecer y sus efectivos deben estar siempre en situación de garantizar los compromisos internacionales adquiridos.

«La resiliencia y capacidad de adaptación, que han formado parte inseparable de los ejércitos vencedores y de aquellos que han superado los cambios de ciclo históricos, también serán ahora de aplicación», afirma el generla Varela.