El Ejército de Tierra pone fin a la campaña en la Antártida tras solo un mes de misión, un tercio de lo que duró en 2020

La bandera española ha sido arriada este jueves de la base Gabriel de Castilla en la Antártida, poniendo fin a un mes de misión y trabajo conjunto de militares y científicos que ha estado marcado por la pandemia.

El equipo llegó a la Isla Decepción el pasado 24 de enero y este jueves, 30 días después, ha cerrado sus puertas y sus integrantes han partido en el buque Sarmiento de Gamboa rumbo a Punta Arenas, en Chile, según ha explicado a Europa Press un portavoz de las Fuerzas Armadas.

La campaña ha estado marcada desde su inicio por la pandemia, que ha reducido considerablemente sus integrantes y también su duración. Se trata de una misión que habitualmente tiene una duración de tres meses, mientras que este año ha tenido que ser reducida a solo un mes.

El objetivo del Ejército de Tierra en esta operación es mantener la presencia española en la Antártida y, además, dar soporte a diversos proyectos científicos sobre movimientos sísmicos, vulcanología o flora y fauna del continente helado, entre otros muchos.

Sin embargo, este 2021 toda esa actividad se ha visto reducida considerablemente y han sido solo nueve militares y una decena de científicos los que han ocupado la base. El primer revés para la misión fue el brote de coronavirus que surgió en el Hespérides poco después de su partida de Cartagena (Murcia).

El buque transportaba a la mitad de los integrantes de la campaña y numeroso material, pero tuvo que anular su participación en la campaña después de localizar un caso de Covid-19 que poco a poco se fue extendiendo y llegó a afectar al 60 por ciento de la dotación.

El resto de integrantes de la Campaña Antártica había volado días antes a Chile tras realizar una cuarentena en España, someterse a pruebas PCR, un nuevo confinamiento en Punta Arenas y nuevas pruebas antes de su último embarque para mantener la Antártida como territorio libre de Covid .

El comandante Jefe de la base, José Ignacio Cardesa, ha ido relatando el día a día de su vida en la isla en un diario de operaciones en el que refleja tanto datos estadísticos de meteorología o vulcanología como las sensaciones más personales.

«Hemos podido disfrutar de nuestra estancia en isla Decepción, no solo de sus paisajes, sino también de la oportunidad de estar en sana convivencia un grupo reducido y heterogéneo de personas que día a día trabajan por un mismo fin», escribía el pasado el lunes.

Las 17 personas que quedaban en la isla empezaban ya a hacer las maletas para poner fin a una experiencia plagada de «obstáculos». «Cerrada la base Gabriel de Castilla sin novedad», se ha despedido este jueves todo el equipo ya embarcado en el Sarmiento de Gamboa para un largo regreso a España.

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