El ejercicio físico proporciona una mejoría en pacientes con esclerodermia, según los reumatólogos
El ejercicio físico puede ser eficaz tanto en el tratamiento como en la prevención de las enfermedades autoinmunes sistémicas como la esclerodermia, el lupus eritematoso sistémico y el síndrome de Sjögren, entre otras; así como en la prevención de algunos de los efectos secundarios provocados por los tratamientos farmacológicos utilizados, según señalan desde la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Por ello, la SER ha lanzado la campaña Reumafit , con el objetivo de fomentar la practica de ejercicio físico en las enfermedades reumáticas. Así lo han puesto de manifiesto en el marco del III Curso de Esclerodermia y Capilaroscopia de la SER, celebrado este fin de semana, con la colaboración de Boehringer Ingelheim.
La esclerosis sistémica o esclerodermia es una enfermedad «muy compleja» que puede afectar a numerosos órganos y sistemas, por lo que resulta «fundamental» conocer dichas manifestaciones, y sobre todo las mejores herramientas para detectarlas precozmente, apuntan. En España se estima una prevalencia de 277 casos de esclerosis sistémica por millón de habitantes.
En concreto, respecto a los tratamientos no farmacológicos los estudios previos muestran que el ejercicio físico proporciona una mejoría funcional local y sistémica y, por tanto, en la calidad de vida de los pacientes con esclerodermia. «No obstante, se necesitan más estudios científicos para responder al tipo y duración del mismo», ha puesto de manifiesto la doctora Beatriz Rodríguez Lozano, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Canarias, y una de las coordinadoras del III Curso de Esclerodermia y Capilaroscopia de la Sociedad Española de Reumatología (SER), celebrado este fin de semana, con la colaboración de Boehringer Ingelheim.
Asimismo, la doctora Rodríguez ha explicado que «la rehabilitación en esclerodermia comprende la intervención local (mantener/mejorar la función de las manos y boca) y la global con ejercicios aeróbicos y de resistencia adaptada a las condiciones físicas y afectación sistémica del paciente». Además, «la fisioterapia rehabilitadora en la esclerodermia debe ser realizada de modo regular y constante, tanto en el entorno hospitalario como autodirigidas en domicilio», ha precisado.
Por otra parte, la experta ha insistido en la importancia que tiene para estos pacientes tener una dieta equilibrada y variada; así como unos buenos hábitos en la salud. En este sentido, ha destacado que «a pesar de que el tabaco no confiere una susceptibilidad mayor para el desarrollo de esclerodermia, sí que puede modular la expresión de determinados anticuerpos e impactar en severidad de la esclerosis sistémica».
También ha insistido en que «dada la elevada prevalencia de enfermedad periodontal en pacientes con esclerodermia, la higiene oral rutinaria y el tratamiento de la misma están recomendados para mantener la funcionalidad del aparato masticador, siendo posible la rehabilitación oral con implantes si precisara, tras valoración de modo individualizado y en un contexto multidisciplinar».