El disidente Iván Márquez condena el bombardeo del Ejército de Colombia contra un campamento insurgente
El líder del grupo disidente Ejército del Pueblo Segunda Marquetalia, Iván Márquez , ha condenado el bombardeo llevado a cabo por el Ejército de Colombia contra un campamento insurgente en el departamento de Guaviare, en el sureste del país.
Así, ha trasladado en su cuenta de Twitter su «solidaridad» con los guerrilleros por el ataque perpetrado en el municipio de Calamar. «Las FARC-EP, Segunda Marquetalia, expresan su solidaridad a Gentil Duarte y a sus guerrilleros por la pérdida de 15 jóvenes en un brutal bombardeo de la Fuerza Aérea», ha matizado.
En este sentido, ha subrayado la necesidad de «frenar el uso desproporcionado de la fuerza» utilizada por unos «generales locos azuzados por un presidente sediento de sangre».
Asimismo, ha indicado que «si los muertos hubiesen tenido aviación para responder al ataque o misiles antiaéreos para defenderse entenderíamos el júbilo del Gobierno». «Ese parte militar realmente no tiene sentido. Solo (Iván) Duque gime de felicidad», ha lamentado.
El Ejército de Colombia bombardeó el 2 de marzo un campamento de un grupo insurgente en el sureste del país. El ministro de Defensa, Diego Molano, expresó posteriormente que se trataba de «un operativo contra una estructura narcoterrorista que usa jóvenes para convertirlos en máquinas de guerra».
Sin embargo hasta el momento, las autoridades no han ofrecido datos acerca de la identidad de estas víctimas, si bien la oposición ha denunciado que entre los fallecidos se encuentran menores edad.
Preguntado por la posibilidad de que el Ejército supiera que en el lugar hubiera menores de edad, Molano ha justificado que la información de Inteligencia hablaba de «un terrorista como Gentil Duarte, que no es ningún profesor», sino «un terrorista que recluta jóvenes».
Molano ha recurrido también al Derecho Internacional humanitario para afirmar que todos los fallecidos en aquel operativo, independientemente de que sean identificados como menores de edad o no, «formaban parte de la ilegalidad», ya que estaban «en un campo terrorista, planeando y ejecutando instrucciones para atentar contra la sociedad colombiana».