El CSIC logra en un año convertir la ciencia básica en innovaciones como nuevos test serológicos o mascarillas
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha cumplido un año de investigación intensiva sobre el SARS-CoV-2, durante el que ha logrado convertir la ciencia básica en innovaciones como nuevos test serológicos, mascarillas sanitarias elaboradas con nanofibras, junto a sprays nasales y nanopartículas de cobre para bloquear el coronavirus.
Así, a través de la vicepresidencia Adjunta de Transferencia del Conocimiento, la investigación del CSIC también se ha concretado en nuevos telescopios ópticos, sistemas de monitorización de aguas, y nuevos circuitos fotónicos para tecnologías de comunicación.
El CSIC ha vuelto a situarse un año más como el primer solicitante español de patentes europeas, según cifras de la Oficina Europea de Patentes. Es, además, el primer solicitante de patentes nacionales, según la Oficina Española de Patentes y Marcas y la Oficina Mundial de Propiedad Intelectual.
Entre las nuevas tecnologías para hacer frente a la pandemia de covid-19 destacan el test serológico en formato Elisa con una fiabilidad cercana al cien por cien, y que ha sido desarrollado por un equipo del CNB-CSIC y producido por la biotecnológica española Immunostep.
También destaca el test serológico en formato de citometría de flujo, el cual ha sido desarrollado por un equipo del CBM-CSIC-UAM y está licenciado a la empresa española Vitro; las mascarillas sanitarias con nanofibras, creadas por un equipo del IATA-CSIC y producidas por la empresa tecnológica Bioinicia, surgida del CSIC; o el nuevo spray nasal para bloquear la propagación del coronavirus, proyecto en desarrollo liderado por un equipo del Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) que ha seleccionado compuestos que bloquean la penetración del virus en la célula.
Un equipo del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC) ha desarrollado nanopartículas de cobre que bloquean al virus y que se pueden aplicar en textiles y mascarillas; mientras que el equipo del CBM-CSIC-UAM está desarrollando un sistema de filtración de aire para captar y detectar el SARS-CoV-2.
El CSIC también ha desarrollado tecnologías en otras áreas, como, por ejemplo, un nuevo telescopio óptico para la obtención de imágenes astronómicas y con aplicaciones en las telecomunicaciones; un sistema automatizado para la monitorización de la calidad del agua que facilita la gestión medioambiental de ríos, arroyos o canalizaciones urbanas; o la tecnología para procesar el orujo húmedo, o alperujo, un residuo muy contaminante de la producción del aceite de orujo.