El Círculo de la Sanidad aboga por consensuar una subida progresiva de la prima que evite el fin del modelo Muface


La aprobación por el Consejo de Ministros de la nueva licitación del concierto de Muface para los años 2025-2026, con una subida de la prima fija mensual del 17,12 por ciento, «amenaza con dinamitar este sistema de colaboración público privada por infrafinanciación y falta de sostenibilidad», señalan desde el Círculo de la Sanidad, mientras abogan por consensuar una subida progresiva de la prima que «evite el fin del modelo Muface.

«Si el contrato queda desierto, a partir del próximo enero, provocará el trasvase inmediato al SNS de más de 1,5 millones de funcionarios (incluyendo beneficiarios), que elegían ser atendidos en la sanidad privada. Para evitar el fin del modelo Muface, en el que se encuadran también Isfas y Mugeju, el Círculo de la Sanidad solicita al Gobierno un acuerdo marco que permita el ajuste progresivo de la prima para que de una manera equilibrada, y sin socavar las arcas públicas, las licitadoras puedan cubrir los costes económicos con un margen razonable y sostenible en el tiempo, y así seguir prestando los servicios sanitarios de calidad que requiere la cobertura de este colectivo», señalan en un comunidado.

La «infrafinanciación histórica que arrastra este sistema» de colaboración público-privado hace que la subida de la prima fija mensual de un 17,12 por ciento «sea insuficiente para la sostenibilidad del sistema, incompatible con una atención al paciente de calidad y muy alejada del gasto sanitario real de un paciente público».

El trasvase de funcionarios al SNS incrementará el gasto sanitario de forma abrupta (723 euros más por paciente), con cargo a los presupuestos de las Comunidades Autónomas, «recrudeciendo todavía más el debate abierto con el Gobierno central para la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales». «Tensionará, además, a cotas insostenibles la atención primaria y especializada, sobrecargando a sus profesionales y disparando las listas de espera, sobre todo en consultas externas e intervenciones quirúrgicas», apuntan.

«Además de esta sobrecarga en consultas y listas de espera quirúrgica, faltaría saber qué va a pasar con los pacientes diagnosticados o en proceso que están pendientes de una cirugía en la sanidad privada ¿Seguirán su curso en la pública o tendrán que empezar de cero y volver al diagnóstico? Eso generaría más retrasos, afectando seriamente a la salud de los pacientes», añade el director de Proyecto Venturi, Antonio Burgueño.

También indican que, en determinados territorios con mayor densidad de funcionarios y baja penetración de pólizas privadas, el colapso provocará el cierre de hospitales y centros, con la consecuente pérdida de miles de empleos en el sector asistencial y en su industria auxiliar (proveedores de equipamientos, gases, logística, servicios externos, etc.).

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