El Consejo General de Enfermería insta a recuperar los cribados de cáncer de mama, paralizados en la pandemia

Con motivo del Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama, el Consejo General de Enfermería (CGE) reclama «de manera inmediata» que se pongan de nuevo en marcha todas las consultas y todos los programas de cribado de cáncer de mama, paralizados durante la pandemia, «para no dejar a nadie atrás en la lucha contra la enfermedad».

En este sentido, los profesionales de Enfermería recuerdan que, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), durante los meses más estrictos de confinamiento, el número de pacientes nuevos de cáncer bajó hasta un 21 por ciento porque se paralizaron los diagnósticos. Es decir, en lo que al cáncer de mama respecta y teniendo en cuenta la estimación que hizo la SEOM en 2019, de los 32.953 casos de cáncer de mama que se esperaban en 2020, hasta 7.000 podrían no haberse diagnosticado por culpa de la Covid-19.

Así, desde el CGE consideran «un despropósito» estas cifras e instan a las administraciones a poner solución a un retraso «que puede costar muchísimas vidas». «Somos conscientes del gran esfuerzo que han hecho todos los profesionales en nuestro país para superar la mayor crisis sanitaria que hemos vivido, pero es necesario apuntar que las instituciones públicas no han estado a la altura», critican desde el CGE. En concreto, su presidente, Florentino Pérez Raya, denuncia que las CCAA no contrataron personal suficiente para hacer frente al Covid-19 sin abandonar la atención y diagnóstico de otras enfermedades.

«En una sociedad como la nuestra, en la que nuestros profesionales son ejemplo a nivel mundial, no podemos consentir que desde las administraciones no se haga todo lo posible para otorgarles el valor que se merece y, con ello, ponga en riesgo la salud de las personas», apunta Pérez Raya.

El cáncer de mama es el más común entre las mujeres y muchas veces es prácticamente invisible, tal y como recuerdan estos profesionales. Por ello, apuntan, las campañas de cribado son «esenciales» para lograr detectar casos que no se manifiestan a través de bultos u otros síntomas.

Además, un diagnóstico temprano ayuda a poner una solución lo más pronto posible y evitar problemas mayores en el futuro. «Atrasar la detección del cáncer de mama puede suponer un gran perjuicio para la sociedad. Además, ahora tenemos un reto y es que debemos recuperar el tiempo perdido en este aspecto. Nadie debe sufrir complicaciones en el tratamiento del cáncer por culpa de un retraso en el diagnóstico», afirma la vicepresidenta del CGE, Pilar Fernández.

VISITAS AL CENTRO DE SALUD

Las enfermeras recuerdan también la importancia de acudir al centro de salud y hospitales en el caso de detectar cualquier anomalía en las mamas. «Sin duda, igual o más importante que los protocolos de cribado son las visitas al centro de salud y, posteriormente, al hospital en el momento en el que localicemos algo extraño en cualquier de nuestras mamas o axilas», destaca Fernández.

En este sentido, recuerda que la Covid-19 ha supuesto «un cambio drástico» en la mentalidad de muchas personas, que ven los centros sanitarios como lugares peligrosos y con posibilidad de contagio. «Debemos desterrar esta opinión y ahora, con la incidencia de la pandemia en su mejor momento, no podemos tener miedo a acudir a las consultas y menos en momentos como este, en el que se ha demostrado un retraso enorme en la detección del cáncer de mama», destaca Fernández.

Además de la importancia de recuperar todas las consultas y programas de cribado, desde el CGE también se recalca la necesidad de contar con enfermeras expertas en Oncología para ayudar, asesorar y cuidar de los pacientes que sufren cáncer. «Muchas veces, la simple palabra conlleva miedo y ansiedad para los afectados. Por eso, que haya consultas específicas de enfermeras gestoras de casos es fundamental para mejorar la calidad de vida del paciente durante todo el proceso de enfermedad», apunta la vicepresidenta de las 325.000 enfermeras de España.

Por último, resaltan la importancia de dar visibilidad a este tipo de cáncer también entre los varones. Aunque la incidencia entre ellos es muy baja (el 1% de todos los casos), no deja de ser importante que, ante cualquier singularidad en el pecho, se acuda a revisión. «Al ser tan poco habitual, el cáncer de seno en hombres está muy estigmatizado y muchos intentan ocultarlo o retrasan ellos mismos la consulta por miedo al rechazo. Las enfermeras y enfermeros tenemos un papel clave a la hora de educar a la población y evitar así discriminación y estigma por motivos como este», puntualiza Pérez Raya.

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