El Consejo de Seguridad pide a las autoridades de Malí una investigación «rápida» del ataque a la MINUSMA
El Consejo de Seguridad de la ONU ha pedido este lunes a las autoridades malienses que investiguen «rápidamente» el reciente ataque a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) y han recordado que los ataques dirigidos contra el personal de mantenimiento de la paz pueden constituir «crímenes de guerra».
En una declaración, el Consejo ha condenado «en los términos más enérgicos» el ataque con un artefacto explosivo perpetrado el pasado 2 de octubre contra un convoy de la MINUSMA en Tessalit, en la región de Kidal, en el norte del país, que dejó un miembro de la misión muerto.
El Consejo de Seguridad ha expresado sus «más profundas condolencias y pésame» a la familia de la víctima, así como a Egipto y a la MINUSMA, al tiempo que ha confiado en una «pronta y completa recuperación» de los miembros del personal de mantenimiento de la paz que resultaron heridos.
Asimismo, ha reclamado al «Gobierno de transición de Malí que investigue rápidamente este ataque y lleve a los autores ante la justicia».
«Los ataques dirigidos contra el personal de mantenimiento de la paz pueden constituir crímenes de guerra según el derecho internacional», ha advertido, para ahondar en que «la planificación, la dirección, el patrocinio o la realización de ataques contra el personal de mantenimiento de la paz de la MINUSMA constituye una base para la designación de sanciones en virtud de las resoluciones del Consejo de Seguridad».
Por otra parte, el Consejo ha reiterado su «pleno apoyo» al representante especial del secretario general para Malí y jefe de la MINUSMA, El Ghassim Wane, y a las demás presencias de seguridad en el país y en la región del Sahel.
Al respecto, han manifestado su «preocupación» por la situación de seguridad en Malí y la «dimensión transnacional de la amenaza terrorista», al tiempo que han instado a las partes malienses a «aplicar plenamente el Acuerdo de Paz y Reconciliación en Malí sin más demora».
Malí y otros países de la región del Sahel son escenario de un repunte de los ataques durante los últimos años, muchos de ellos ejecutados por la rama de Al Qaeda en Malí, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria.