El Congreso tramitará este martes la moción de censura de Vox y abrirá plazo por si otros grupos presentan alternativas
Conforme a los precedentes, el debate debería celebrarse entre una semana y un mes después de registrarse y cobra fuerza finales de marzo
La Mesa del Congreso admitirá a trámite este martes la moción de censura que presentó Vox con el economista Ramón Tamames como candidato a la Presidencia del Gobierno, y a partir de ahí empezarán a correr los plazos reglamentarios hasta que la presidenta de la Cámara, la socialista Meritxell Batet, ponga fecha a su debate.
Aunque la moción de censura se registró el lunes 27 de febrero, ya no dio tiempo a que la Mesa del Congreso la calificara en su reunión del día siguiente, por lo que todos los trámites han quedado congelados una semana.
Conforme al Reglamento, el primer trámite de una moción de censura es la calificación del escrito por la Mesa del Congreso, que debe comprobar si cumple los requisitos formales que se exigen: la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y el nombre de un candidato a la Presidencia. Vox ha cumplido ambas condiciones, según han confirmado los letrados en su informe previo a la reunión del órgano de gobierno de la Cámara.
Una vez calificado el escrito, la moción de censura se remitirá al presidente del Gobierno y a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios para que se den por enterados y lo estudien.
Además, se abrirá un plazo de dos días para dar la oportunidad de presentar mociones con candidatos alternativos, para las que se exigen los mismos requisitos y que, en su caso, se debatirán conjuntamente.
TENER EN CUENTA LA AGENDA DEL PRESIDENTE
Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito, pero la fecha dependerá de la Presidencia del Congreso, que suele tener en cuenta la agenda del Gobierno.
Así las cosas, en la Cámara no se prevé que el debate se fije antes del 21 de marzo, aunque dados los compromisos internacionales del presidente Sánchez de esa semana, parece más probable la siguiente, a final de mes.
Desde Presidencia del Congreso aseguran que se obrará en función de los precedentes, que a lo largo de estos años ya son variados y van de una semana hasta un mes después de su registro.
Así, la primera moción de censura de Vox tardó 21 días en debatirse desde su presentación. Pero la que presentó Pedro Sánchez en mayo de 2018 contra Mariano Rajoy sólo tardó una semana escasa en llegar al Pleno, y es que en aquella ocasión, el PP optó por precipitar la fecha convencido de que, tras aprobar los Presupuestos del Gobierno, la censura del PSOE estaba destinada al fracaso. El pronóstico falló, como es sabido.
PRECEDENTES DIVERSOS
Más tiempo se tomó la presidenta Ana Pastor con la moción de censura de Pablo Iglesias, que se registró un 19 de mayo y se debatió el 13 de junio, casi un mes después. La iniciativa de Podemos no tenia opciones de prosperar, pues no la apoyaba ni el PSOE, y el PP no tuvo prisa en debatirla.
La mecánica del debate prevé que el candidato sea presentado ante el Pleno por uno de los diputados firmantes, que será el propio Santiago Abascal. A él le podrá responder el Gobierno, pero no los demás grupos parlamentarios.
En la moción de 2020 Abascal fue presentado por su entonces candidato a las elecciones en Cataluña, Ignacio Garriga, el mismo papel que desempeñó el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, en 2018 con Sánchez, y la número dos de Podemos, Irene Montero, con Pablo Iglesias en 2017.
Conforme a los usos parlamentarios el candidato va debatiendo con el Gobierno, que elige quien le da la réplica, y con los distintos grupos parlamentarios. En todo caso, el candidato impone el ritmo y en este caso Ramón Tamames, de 89 años, decidirá cómo responderá a los demás grupos. Salvo que los turnos de palabra se reduzcan al mínimo, al día siguiente llegará la votación, que es pública y por llamamiento, con cada diputado manifestando a viva voz el sentido de su voto.
Eso sí, para prosperar, la moción de censura exige recabar la mayoría absoluta del Congreso (176 votos), un objetivo que se antoja inalcanzable dadas las posiciones expresadas por los distintos grupos. Lo que cambiará respecto de la primera moción de censura de Vox es que esta vez habrá menos votos en contra, ya que en principio el PP ha anunciado abstención.