El Congreso da su «apoyo» a la investigación en cáncer y su «reconocimiento» a las asociaciones de pacientes
El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves una declaración institucional con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer en el que ha manifestado su «apoyo» a la investigación del cáncer como «instrumento imprescindible en la lucha contra esta enfermedad» y ha trasladado su «reconocimiento a todas las asociaciones y entidades que están acompañando a las personas afectadas por el cáncer por su compromiso y labor continuada».
El texto, que ha contado con el apoyo de todos los partidos con representación en la Cámara Baja, recoge la «solidaridad» con todas las personas afectadas por esta enfermedad y declara el «compromiso de la Cámara para contribuir a responder a sus necesidades y paliar el impacto de la pandemia en sus vidas».
En este sentido, el Congreso aboga por que «se lleven a cabo las acciones pertinentes para paliar su situación de especial vulnerabilidad, así como garantizar, en condiciones de equidad, los derechos de las personas con cáncer y sus familias».
La declaración señala que el cáncer es el principal problema sociosanitario a nivel mundial. «Es la segunda causa de muerte a nivel mundial y se proyecta un crecimiento de más del 30 por ciento de nuevos casos para el 2030 . Actualmente, en nuestro país, 1 de cada 2 hombres y 1 de cada 3 mujeres serán diagnosticados de cáncer a lo largo de su vida. Se estima que esta enfermedad afecta a 1,5 millones de personas en España y se diagnostican en nuestro país casi 280.000 nuevos casos cada año», añaden.
IMPACTO DE LA PANDEMIA
En este sentido, los grupos reconocen que la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 «no ha hecho sino agravar la situación de fragilidad social y sanitaria de las personas con cáncer y sus familias como colectivo doblemente vulnerable, por el cáncer y por el COVID-19».
«Las personas con cáncer y sus familias están viviendo diversos y severos impactos de esta crisis: impacto sanitario, con pruebas diagnósticas y tratamientos demorados, incertidumbre y necesidad de información que ayude a reducir el miedo al contagio; impacto emocional y social (personal y familiar), con soledad no deseada, ansiedad por retrasos en tratamientos y/o pruebas diagnósticas, miedo al contagio y a volver a los hospitales, sufrimiento ante las dificultades para acompañar y ser acompañados en el proceso de final de la vida y por el agravamiento de las dificultades económicas y laborales», detalla el texto.