El Congreso acepta tramitar la ley gallega para traspasar la AP-9 a la Xunta, con el voto en contra de Vox
Los principales grupos del Congreso, salvo, Vox, han apoyado este martes la toma en consideración de la proposición de ley del Parlamento gallego para traspasar a la Xunta la titularidad y las competencias de la Autopista del Atlántico AP-9.
La ley, a la que los grupos del Congreso podrán ahora presentar enmiendas para modificar su redacción, plantea la transferencia a Galicia de la titularidad y las competencias sobre el régimen de concesión y las funciones y servicios ejercidos hasta ahora por la Administración General del Estado.
En su defensa de la iniciativa, el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero ha subrayado la necesidad de rebajar el «inadmisible» peaje de 22,90 euros que los gallegos pagan cada vez que usan la AP-9, lo que, a su juicio, supone «un auténtico expolio» para los gallegos que es prioritario «aliviar». Pero también ha urgido a que el Estado transfiera esta infraestructura tan importante para Galicia como ya ha hecho con otras autopistas de comunidades autónomas, como Cataluña o País Vasco.
La misma demanda ha hecho la líder del BNG, Ana Pontón, quien cree que el traspaso de la gestión de la AP-9 es «el primer paso» para acabar con una «discriminación histórica» con Galicia que lastra la economía de sus ciudadanos, que cada día son víctimas de «una estafa legalizada». Ha aprovechado, además, para reprochar al Gobierno que no esté cumpliendo con el acuerdo de investidura suscrito con el BNG y que recogía una bajada «histórica» de los peajes de esa autopista.
Por el PP, el vicepresidente del Parlamento gallego, Diego Calvo Pouso, ha añadido que los gallegos no piden nada que no se haya hecho antes ni que atente contra el orden constitucional establecido, sino que sólo aspiran a gestionar una infraestructura básica para la comunidad. «Hoy pedimos la transferencia de la AP-9 con ánimo de unir, y no separar», ha dicho el diputado popular , incidiendo en que la Xunta de Galicia puede . gestionar esa infraestructura de manera «más eficiente» que el Estado.
VOX Y Cs ADVIERTEN DE QUE EL ESTADO ASUMIRÍA LOS COSTES
Durante el debate parlamentario, únicamente Vox se ha mostrado en contra del traspaso por rechazar «el aumento constante de poder de las taifas autonómicas», pero también ante el riesgo de que la rebaja de peajes que impulse la Xunta, ha dicho su diputado Francisco José Contreras, sea asumido en forma de consecuencias contractuales por la Administración General.
Unas dudas también planteadas por Cs, que tras abstenerse en la última tramitación de esta ley ha decidido ahora apoyar su toma en consideración. Su diputada María Muñoz ha advertido de que el traspaso no implica por sí solo ni la rebaja de peajes, ni el rescate de la concesión ni la reducción del coste operativo de la infraestructura, cuestiones que podrían abordarse sin la transferencia.
PP PIDE «GESTIÓN DIRECTA» Y PSOE RECUERDA QUE AMPLIÓ LA CONCESIÓN
Tanto Galicia en Común como el BNG han reivindicado la gestión pública de la autopista y su circulación «libre de peajes», recordando además que, de cumplirse la concesión, esta se alargará hasta más allá de los 75 años. Para Nestor Rego (BNG), esta autopista supone «una fechoría, un expolio y una discrriminación», mientras que Antón Gómez-Reino (Galicia en Común) ha asegurado que las vías de peaje «van a ser una anomalía en el Estado».
El PP ha lamentado «los peajes desorbitados» mantenidos por la concesionaria Audasa, con la subida más alta entre las únicas vías que han encarecido sus tarifas, tal y como ha recordado su diputado Celso Delgado, que ha defendido una «gestión directa» de esta infraestructura.
Sin embargo, Guillermo Meijón, del PSOE, ha recordado que fue un Gobierno popular el que amplió hasta 2048 una concesión que, en caso contrario, estaría a dos años de caducar, y ha reivindicado las partidas de los nuevos Presupuestos para financiar la rebaja en los peajes de esta vía. Ante las críticas de otras formaciones por la aplicación de la gratuidad en tramos de la autopista, como el comprendido entre Vigo y Redondela, ha justificado que «no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana».