El Comité Político y de Seguridad de la UE insta a enfrentar de forma conjunta los riesgos del Sahel, que «son grandes»
TOLEDO, 27
La Embajadora Representante de España en el Comité Político y de Seguridad de la UE (COPS), María Elena Gómez Castro, ha alertado de que los riesgos y amenazas del Sahel son «tan grandes», que obligan a los 27 a «abordarlos conjuntamente».
«Si no, el riesgo sería una renacionalización de la política exterior y de seguridad común. Es decir que cada estado tuviera que hacer su propia política respecto a los países de los que emanan los riesgos y amenazas», ha advertido Gómez Castro, que este jueves ha participado en Toledo en el XXXVI Seminario Internacional de Seguridad y Defensa La percepción de las amenazas y las respuestas OTAN
Al hilo del panel de este jueves, que se ha desarrollado bajo el título El Sur global en el retrovisor y la debilidad como amenaza , ha asegurado que España seguirá insistiendo en la importancia del Sahel e intentando buscar fórmulas que permitan seguir manteniendo ese papel de la Unión Europea también en el ámbito de seguridad y defensa en esta región.
De igual modo, ha indicado que, como quedó reflejado en el último Consejo de Asuntos Exteriores de Luxemburgo de mayo, el nuevo ciclo institucional europeo seguirá dominado por este desafío existencial «al que se enfrenta Ucrania y todos nosotros».
«Ese es el primer desafío y, por lo tanto, tendremos que seguir haciendo esfuerzos mayores por asegurarnos de que efectivamente la Unión Europea sigue aportando a Ucrania todo lo que necesita y el tiempo que sea necesario», ha defendido la Embajadora Representante de España en el Comité Político y de Seguridad de la UE Pero España, que ha añadido que, pese a ello, España «nunca ha descuidado otros flancos, como el del Sahel, ni ninguna otra crisis internacional».
Tras asegurar que el objetivo de la política exterior y de política de seguridad y defensa que la Unión Europea en ese Sur global pasa por ayudar y por tener un papel como actor global en la preservación de la estabilidad internacional a través de los partenariados, las misiones y las operaciones, se ha referido a la Operación Atalanta, la primera emprendida por la Fuerza Naval Europea para luchar contra la piratería en el mar frente al Cuerno de África y el océano Índico occidental.
«Con la operación Atalanta la Unión Europea asumió la respuesta ejecutiva cuando los países no tienen la capacidad de hacerlo. Apoyó financieramente a esa capacidad ejecutiva que deciden realizar los países africanos y comienza un modelo de adiestramiento de las fuerzas locales, para que desarrollen sus propias operaciones, reforzando las capacidades locales».
«Este modelo se aplicó en el Sahel. Otra cosa es por qué ha fracasado. Pero el modelo no era francés. El modelo era de la Unión Europea», ha dicho la Embajadora Representante de España en el Comité Político y de Seguridad de la UE, que ha defendido que estas misiones y operaciones «muestran bien ese compromiso de la Unión Europea con el Sur global y la adaptación del modelo para permitir que los países que quieran, asuman progresivamente esas responsabilidades».
EL SUR GLOBAL, UNA REALIDAD GEOPOLÍTICA
Mientras, el exdirector del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el general Francisco Dacoba, ha disertado sobre lo que es el Sur global, «que no es una organización, no es una alianza, no es un foro de actores, no es un club, ni siquiera informal».
«No tiene ningún tipo de estructura ni administrativa ni de apoyo. Pero lo que sí es el Sur global es una realidad geopolítica. El problema es que no es alguien con el que podamos hablar, debatir, discrepar o confrontar, pues está compuesto por multitud de estados y de otro tipo de organizaciones y de actores no estatales, que también ejercen un papel muy importante en este mundo multipolar».
Según Dacoba, el Sur global está compuesto por países muy diferentes entre sí, como Qatar y Haití, o por otros que tienen intereses completamente diferentes que, incluso que colisionan entre sí, como India y Pakistán o Marruecos y Argelia.
«Pero lo que sí comparten los actores del Sur global es esa retórica del reproche del colonialismo, esa objeción al Real Space International Order», ha manifestado el exdirector del Instituto Español de Estudios Estratégicos, que ha añadido que el Sahel, dentro del Sur global, es «ese oscuro objeto del deseo por el que pugnan las grandes y no tan grandes potencias».
Dicho esto, y tras advertir de que «la inestabilidad del vecindario» sur europeo redunda en su estabilidad, ha indicado que el problema para España y de algunos otros países mediterráneos de Europa es que «pelean contra molinos de viento», pues Europa, por la invasión rusa de Ucrania, focaliza toda su atención en el flanco este cuando, en el caso del Sahel, al no «haber un señor o una señora que se sienta al otro lado de una mesa para hablar con nosotros, hace preciso gestionar las situaciones caso por caso».
«Estamos rodeados de un círculo de inestabilidad absolutamente claro», ha terminado considerando el exdirector del Instituto Español de Estudios Estratégicos.
EL ENFOQUE FRANCÉS GENERA ANTIPATÍAS
En el panel de este jueves también ha participado Youssef Louah, analista de asuntos internacionales, que ha señalado que las potencias occidentales y las potencias emergentes, China y Rusia, pugnan por el Sur global que, en su mayoría, considera que el sistema internacional actual salido de 1945 es injusto y desequilibrado, lo que obliga a las potencias occidentales a no desconectar con los países del sur y retenerlos para mantener el orden liberal.
Dicho esto, ha indicado que la Unión Europea tiene un problema porque durante ciertos años en la zona ha primado el enfoque francés, que «está generando unas antipatías que estos actores emergentes han sabido explotar e instrumentalizar».
«En consecuencia lo que ha hecho la Unión Europea es un poco la rabieta del niño: pues me llevo mi pelota y me voy de aquí, sin percatarse de que los chinos y rusos también fabrican pelotas», ha cuestionado Louah, que ha asegurado que China, Rusia y Turquía, nuevamente, han aprovechado los «fracasos estructurales» en las relaciones con estas regiones, que han desestabilizado la zona.