El CICR pide a las partes del conflicto del este de Ucrania que dejen ya de atacar infraestructuras civiles

Más de un millón de personas han visto interrumpido el suministro de agua tras unos ataques que violan el derecho Internacional

El Comité Internacional de la Cruz Roja ha pedido al Ejército ucraniano y a las milicias de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk que dejen inmediatamente de atacar infraestructuras civiles durante el repunte del conflicto que llevan protagonizando desde hace años en la región de Donbas, en el este de Ucrania.

La intensificación de los combates, «una vez más», enfatiza el CICR, «vuelve a poner en peligro de parálisis absoluta ciertos servicios esenciales», como por ejemplo dos grandes plantas de distribución de agua en Donetsk, que suministran a un millón de personas, así como a hospitales a ambos lados de la línea de contacto, el frente entre ambos bandos.

La jefa de la delegación del CICR, Florence Gillette, reitera que «la infraestructura civil y el personal que opera en ella, la mantiene y la repara, están protegidos por el derecho Internacional Humanitario».

El CICR recuerda además que esta guerra dura ya seis años durante los cuales las poblaciones afectadas se quedan in agua, gas o electricidad a veces durante días, y que sin medidas urgentes de respuesta se avecina una nueva crisis humanitaria a gran escala.

La organización ha recordado también que su capacidad de respuesta en la zona está limitada por la suspensión temporal de sus actividades en el paso de Stanytsia Luhanska debido a los bombardeos, aunque el CICR reitera que «está en Ucrania para quedarse» por «la gente que lleva soportando ocho años de conflicto». «Esperamos que no tengan que aguantar mucho más», lamenta Gilette.

Según las estimaciones de la ONG ACAPS, especializada en el análisis de las crisis humanitarias, más de 2,9 millones de personas necesitan asistencia en 2022 en el este de Ucrania, donde hay más de 1,4 millones de desplazados internos más de la mitad de los cuales están en Donetsk y Lugansk.

Asimismo y desde el comienzo del conflicto, cerca de 55.000 casas han resultado dañadas en ambos lados de la línea de contacto y más del 20 por ciento de la población de Lugansk y del 19 % de Donetsk padecen insuficiencia alimentaria.

ACAPS eleva además las estimaciones del CICR sobre el acceso al agua más allá del daño a las plantas de bombeo, hasta elevar a más de 1,4 millones de personas las afectadas a la hora de obtener acceso al agua en toda la región, o bien con problemas de suministro debido al más estado de su sistema.

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