El CICR denuncia una campaña en su contra y alerta de que la desinformación pone «vidas en peligro»
Pide a las partes tomar medidas urgentes a medida que la crisis en Ucrania se acentúa
El Comité Internacional de Cruz roja (CICR) ha denunciado este martes la existencia de «narrativas falsas» y una campaña de desinformación para desacreditar su trabajo en Ucrania y ha alertado de que este tipo de acciones supone un «peligro real» para la vida de los trabajadores que conforman los equipos sobre el terreno.
«Este tipo de ataques tienen el potencial de provocar daños reales a los equipos de Cruz Roja y los compañeros de Media Luna Roja que trabajan en la zona. A medida que las necesidades aumentan, nuestra capacidad de entregar asistencia humanitaria se ve puesta en tela de juicio por la aparición de desinformación sobre nuestro trabajo y el papel que desempeñamos a la hora de aliviar el sufrimiento en un conflicto armado», ha defendido la organización en un comunicado.
Así, ha especificado que las acusaciones sobre el supuesto papel de Cruz Roja en «evacuaciones forzosas» es «completamente falso» y ha destacado que el CICR no se ha visto involucrado en ningún tipo de acción similar. «Para ser absolutamente claros, nunca apoyaríamos una operación que fuera en contra de la voluntad de la gente», recoge el texto.
La ONG aborda, además, las acusaciones sobre el trabajo de la organización en Rusia y ha aclarado que el CICR «no quiere abrir una oficina en el sur de Rusia para filtrar a ucranianos», como se ha difundido. «No estamos abriendo un campo de refugiados ni nada parecido», ha recalcado.
A medida que el conflicto entra en su quinta semana, el nivel de muerte, destrucción y sufrimiento «está llegando a un nivel inaceptable», ha alertado antes de insistir en que Cruz Roja ha mantenido conversaciones con la partes rusa y ucraniana sobre «sus obligaciones en el marco del Derecho Internacional» y los «pasos a seguir».
«El tiempo se agota para los civiles de Mariúpol y otras zonas que se han quedado sin ayuda humanitaria desde hace semanas. Los militares sobre el terreno tienen que ofrecer garantías de seguridad a los civiles y las organizaciones humanitarias y llegar a acuerdos prácticos que permitan el paso de la ayuda», señala la ONG.
En este sentido, ha aseverado que los beligerantes «están obligados a proteger a los civiles, limitar las operaciones militares a objetivos militares y tomar medidas de precaución».
El CICR ha justificado así la visita realizada por su presidente, Peter Maurer, a Rusia y Ucrania para reunirse con las autoridades y tratar de «reducir el sufrimiento». «Estos encuentros con las autoridades rusas han provocado numerosas críticas. Queremos dejar claro que se trata de una cuestión diplomática basada en la defensa de los mejores intereses de los civiles atrapados en el conflicto», recalca el documento.
Sobre la posibilidad de abrir una oficina en la ciudad rusa de Rostov, la organización ha matizado que se está valorando en el marco de una serie de medidas puestas en marcha para lidiar «con la gran crisis humanitaria y hacer frente a las necesidades de las poblaciones que se encuentran en la zona». «Ya tenemos equipos en Bielorrusia, Hungría, Moldavia, Polonia y Rumanía», ha aclarado.
«Este es el tipo de ayudas que organizaciones como esta tenemos que ser capaces de hacer en Ucrania y los países vecinos en respuesta a las crecientes necesidades humanitarias», sostiene el comunicado, que hace hincapié en que «un mundo sin acción humanitaria neutral e imparcial es un mundo más peligroso para las víctimas de los conflictos».