El CGCOF destaca el papel del farmacéutico para garantizar el buen uso de los agonistas del receptor de GLP-1


El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) ha destacado el «papel relevante» que los farmacéuticos pueden ejercer en el buen uso de los agonistas del receptor de GLP-1, ya que pueden aportar «información veraz» sobre los mismos y fomentar los hábitos de vida saludables, «insistiendo en la importancia de una buena alimentación y del ejercicio como medidas imprescindibles para la prevención y tratamiento de la obesidad».

En el marco del Día Mundial Contra la Obesidad, que se celebra este martes, el Consejo ha publicado el Punto Farmacológico 187 titulado La revolución terapéutica en torno a la obesidad . Un informe en el que se revisan los principales aspectos etiopatogénicos, epidemiológicos y clínicos de esta enfermedad y se detallan las opciones de tratamiento, con especial atención a los agonistas del receptor de GLP-1. También se destaca la función asistencial de los farmacéuticos, desde la prevención hasta el seguimiento farmacoterapéutico.

En este sentido, el Consejo ha señalado que la popularización a través de medios de comunicación y, especialmente, en redes sociales de los agonistas del receptor GLP-1 y la tirzepatida ha contribuido a posicionarlos rápidamente como «soluciones milagrosas» para la pérdida de peso, «pudiendo generar expectativas poco realistas en la población».

Así, considera que la educación sanitaria se puede enfocar hacia la prevención, «facilitando consejos nutricionales básicos y otros centrados en luchar contra el sedentarismo y resolviendo dudas para combatir posibles bulos y advertir de los productos milagro».

«Siempre que se observe un problema de sobrepeso o se detecte una situación de riesgo, el farmacéutico puede hacer valoración del estado nutricional del individuo, cuantificar la ingesta de nutrientes durante un periodo de tiempo medio, medir parámetros antropométricos y de composición corporal, y hacer una evaluación bioquímica del estado nutricional, lo que contribuirá a la detección precoz de pacientes cuya condición hace recomendable su derivación para un más estrecho control médico», señalan desde el Consejo.

Además, defienden que la optimización de la terapia farmacológica es otro de los servicios que el farmacéutico puede ofrecer una vez confirmado el diagnóstico de obesidad y establecido el tratamiento por el médico. «Esto es aplicable tanto en el entorno hospitalario como en el comunitario», agregan.

«En la optimización de resultados clínicos es crucial una adecuada dosificación de fármacos según el peso del paciente, especialmente en casos de obesidad mórbida. En ese ajuste posológico el farmacéutico hospitalario, en coordinación con el resto del equipo asistencial, cobra una especial relevancia, por ejemplo, cuando los pacientes son ingresados para someterse a una cirugía bariátrica», detalla el Punto Farmacológico.

Por último, destaca que, en el caso del farmacéutico comunitario, es «fundamental informar al paciente de la importancia de cumplir el esquema de escalado gradual de dosis, monitorizar los efectos adversos, fomentar cambios en el estilo de vida y ayudar a gestionar las expectativas de los tratamientos».

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