El carsharing en Madrid: más elevado en barrios de renta media con insuficientes alternativas de movilidad pública

Clase media que lo emplea para ocio, los que más lo usan, con los viernes y julio como momentos de mayor empleo

El uso del coche compartido o carsharing sin estacionamiento fijo en Madrid es más elevado en barrios de renta media a pesar de ser zonas con una mayor concentración de vehículos privados por hogar, según el estudio El car-sharing en las ciudades: una estrategia de doble filo , del Observatorio Social de la Fundación la Caixa .

Este estudio, liderado por los investigadores Natalia Fabra, Catarina Pintassilgo y Mateus Souza, del EnergyEcoLab de la Universidad Carlos III de Madrid, también sugiere que los usuarios que más recurren a esta modalidad lo hacen para complementar la red de transporte público.

Para llevar a cabo este proyecto de investigación se ha analizado una base de datos de código cerrado y de carácter exclusivo con el universo de desplazamientos realizados en Madrid durante el año 2019 a través de una de las principales empresas que en ese momento operaban en la ciudad y alrededores.

Así, el proyecto de investigación, seleccionado en la convocatoria Social Research 2020, concluye que el carsharing es más popular en barrios de renta media pese a concentrar más coches privados por hogar y relaciona su uso con la escasez de alternativas de movilidad.

«La evidencia sugiere que la mayoría de los clientes habituales del carsharing recurren a este servicio para complementar las escasas alternativas de movilidad*, en palabras de Mateus Souza, coautor del estudio.

Destacan, en este sentido, que únicamente el 7,4% del total de los desplazamientos con carsharing empezaban o finalizaban en el centro de Madrid, donde la cifra de automóviles particulares es relativamente baja, hay numerosas opciones de transporte público y la disponibilidad de aparcamiento es escasa.

En cambio, los barrios situados en los alrededores del centro de la ciudad suelen concentrar un mayor número de vehículos privados y es en estas zonas donde la tasa de uso del vehículo compartido se eleva.

«Para los clientes que viven fuera del centro, el carsharing resulta particularmente atractivo como alternativa al vehículo privado para contrarrestar las insuficientes opciones de transporte público», ha explicado la investigadora Catarina Pissantilgo.

En cuanto a la renta, este servicio es más económico que tener un automóvil en propiedad, pero sigue siendo más caro que el transporte público. «Ello explica por qué el carsharing es particularmente atractivo en zonas de renta media», indica, por su lado, Mateus Souza.

RENTA BAJA, PARA OCIO; RENTA ALTA, PARA EL TRABAJO

Según los resultados obtenidos, el uso del coche compartido tiene más frecuencia entre clientes de renta media con fines de ocio, mientras que también destaca la prevalencia de clientes de rentas más altas, en este caso para desplazarse al trabajo.

El día de la semana en el que se detecta el mayor número de viajes es el viernes y el tramo horario suele presentar picos a las 13.00 horas, seguido de las 17.00 y las 18.00 horas, así como a las 7.00 horas. Además, se ha convertido en una opción muy popular en julio, mes en el que el tráfico convencional disminuye, aunque también en los meses de septiembre, octubre y marzo.

*Resulta interesante comprobar que el peso del carsharing es relativamente mayor en momentos de menor tráfico, por ejemplo, durante los fines de semana o en el mes de julio, lo cual puede explicarse por el hecho de que el pago es función del tiempo de uso*, reseña la investigadora y coautora Natalia Fabra.

El estudio también analiza la correlación del uso del carsharing y la renta y, en este sentido, los autores han constatado que este servicio de movilidad compartida solo está disponible en barrios de renta media y alta.

Los autores apuntan que, gracias a los patrones de uso, este tipo de movilidad contribuye a atenuar el tráfico rodado y, por consiguiente, a reducir la congestión del tránsito urbano. A ello se suma que este tipo de transporte es mayoritariamente eléctrico y, por tanto, no contaminante.

Ahora bien, los mismos investigadores reconocen que la consecución de estos efectos dependerá de cómo se utilice este tipo de servicio, es decir, si es en sustitución del vehículo privado o del transporte público.

ALIVIAR LA CONGESTIÓN URBANA

El estudio señala que, si el uso del carsharing aumentara el número de propietarios que decidieran vender o renunciar a sus coches, se produciría una reducción del número de vehículos particulares contaminantes en circulación, lo que contribuiría a aliviar la congestión urbana.

En contraposición, si este tipo de transporte compartido se empleara como sustituto del público o de los desplazamientos a pie o en bicicleta, se podría generar el efecto contrario.

Por estos motivos, porque los efectos pueden ser contrarios, resulta tan importante comprender cuáles son las pautas de uso del servicio de carsharing y contribuir a identificar de mejor manera los efectos que este servicio tiene sobre la movilidad y el aire limpio en las ciudades*, concluye la investigadora Natalia Fabra.

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