El cannabidiol puede reducir la agresividad en situaciones de aislamiento social, según estudio en ratones
Científicos de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (Brasil) han concluido que el cannabidiol atenúa la agresividad inducida por el aislamiento social. La investigación, basada en un modelo de ratón, muestra que esta sustancia derivada de plantas de cannabis .
«El cannabidiol puede inhibir la agresividad facilitando la activación de dos receptores: el receptor 5-HT1A, responsable de los efectos del neurotransmisor serotonina, y el receptor CB1, responsable de los efectos de los endocannabinoides», explica Francisco Silveira Guimarães, líder del estudio, que se ha publicado en la revista Progress in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry .
Aunque se extrae de la marihuana, el cannabidiol no produce dependencia ni tiene efectos psicotomiméticos (similares a los de las psicosis); el componente de la marihuana responsable de estos efectos es el tetrahidrocannabinol (THC). El cannabidiol en realidad inhibe algunos efectos del THC. «El cannabidiol se ha estudiado en varios contextos durante los últimos 20 años, pero se han hecho muy pocas investigaciones sobre sus efectos en la conducta agresiva», señala Guimarães.
La agresividad en el aislamiento es un modelo conductual clásico usado en los experimentos. «Puede atenuarse con la administración de medicamentos ansiolíticos, antidepresivos o antipsicóticos. Los estudios preclínicos y clínicos han demostrado que el cannabidiol tiene estas propiedades, así que decidimos probar su efecto sobre la agresividad inducida», comenta el investigador.
Para ello, usaron un modelo conocido como la prueba del intruso residente, que induce agresividad en un animal aislado durante varios días. Con el objetivo de determinar si los efectos del cannabidiol podrían alterar el comportamiento agresivo del residente, los investigadores inyectaron cuatro grupos, cada uno de los cuales comprendía de seis a ocho ratones machos, con diferentes dosis.
Un quinto grupo actuó como control y no se le administró cannabidiol. Los ratones de este grupo mostraron el comportamiento clásico de los intrusos residentes. Los primeros ataques de los residentes a los intrusos ocurrieron dos minutos después de haber sido confrontados en promedio. Se registraron entre 20 y 25 ataques mientras los animales estaban en la misma jaula.
En el primer grupo, los ratones residentes recibieron una dosis de cannabidiol equivalente a 5 miligramos por kilo (mg/kg). Cada macho pesaba 30-40 gramos. Los ataques comenzaron aproximadamente cuatro minutos después de que los intrusos entraron en la jaula, el doble del tiempo que tardaron los ratones de control en comenzar a atacar a los intrusos, y el número de ataques se redujo a la mitad.
El segundo grupo recibió 15 mg/kg y se comportó de forma menos agresiva que los demás. Los ataques comenzaron 11 minutos después de la llegada del intruso en promedio, y el número de ataques promedió solo aproximadamente cinco por jaula. El tercer y cuarto grupo recibieron 30 mg/kg y 60 mg/kg, respectivamente, pero estas dosis más altas no resultaron en una inhibición más intensa de su agresividad. En cambio, los ataques comenzaron antes y el número también fue ligeramente superior.
«Esta reducción en el efecto del cannabidiol en dosis más altas se esperaba de los resultados de otros estudios. En experimentos para investigar su potencial como antidepresivo, por ejemplo, dosis más altas llevaron a efectos más bajos después de una ganancia inicial. En nuestro experimento, si hubiéramos probado 120 mg/kg en un grupo de ratones, no habríamos obtenido ninguna inhibición de la agresividad del residente», asegura Guimarães.