El buque Río Miño de la Guardia Civil realiza su última misión en aguas del Cantábrico
Será retirado del servicio y sustituido por el Duque de Ahumada , botado en Vigo y en el que Interior ha invertido 35 millones
El buque Río Miño de la Guardia Civil se encuentra realizando su última misión en aguas del Cantábrico antes de ser retirado del servicio operativo tras dos décadas trabajando en la vigilancia marítima y la seguridad pesquera.
Permanecerá operativo hasta el 7 de abril, desde su base actual en Cantabria, y después será sustituido por una nueva embarcación llamada Duque de Ahumada , botada en Vigo y en la que el Ministerio del Interior ha invertido 35 millones de euros.
Con motivo de esta última misión, previa a su traslado temporal a Cádiz y posterior desguace en Gijón, la delegada del Gobierno en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego, y el coronel de la Guardia Civil, Antonio Orantos, han visitado el buque y han mantenido un encuentro con la tripulación, integrada por 26 personas.
La delegada ha trasladado a los agentes su reconocimiento por «años de servicio ejemplar en la protección de nuestras aguas, la lucha contra el tráfico ilícito y el auxilio a quienes han estado en peligro en el mar».
Ha destacado la importancia del Río Miño en la vigilancia marítima y ha recordado que su labor «ha permitido salvar vidas, garantizar la seguridad de la flota pesquera, preservar el medio ambiente y reforzar el control en nuestras fronteras marítimas».
«El Río Miño ha sido un ejemplo de cómo la Guardia Civil, en colaboración con otros organismos, trabaja cada día para proteger nuestras costas y a quienes dependen del mar para su sustento, así como quienes arriesgan su vida en búsqueda de esperanza. En nombre del Gobierno de España y de todos los ciudadanos de Cantabria, quiero expresar mi más profundo reconocimiento a su tripulación por su incansable labor», ha manifestado.
En esta línea, Gómez de Diego también ha puesto en valor la labor de la flota pesquera cántabra y de todos aquellos que dedican su vida a la mar, y ha destacado su esfuerzo en una profesión fundamental para la economía y la tradición de la región.
«Cantabria tiene una larga historia ligada a la pesca, a hombres y mujeres que salen cada día al mar con esfuerzo y valentía. Desde el Gobierno de España seguimos comprometidos con la protección de su actividad, garantizando la sostenibilidad de nuestros recursos y la seguridad de quienes trabajan en el sector», ha asegurado.
La tripulación del Río Miño continuará prestando servicio en aguas del mar Cantábrico hasta el próximo 7 de abril, desempeñando labores de vigilancia y control pesquero.
Una vez finalizada esta misión, se trasladará a Cádiz, donde llevará a cabo sus últimos servicios operativos antes de ser finalmente desguazado en Gijón, según ha informado la Delegación del Gobierno.
HISTORIA BUQUE RÍO MIÑO
El Río Miño , operativo desde 2007 bajo la bandera de la Guardia Civil, ha desempeñado un papel clave en la vigilancia marítima y la protección de la vida humana en el Atlántico, ligada especialmente a la llegada de cayucos a Canarias desde Mauritania y Senegal.
En los últimos años, ha operado en aguas del Cantábrico dentro del plan de control integral de actividades pesqueras, supervisando la costera de la caballa en colaboración con inspectores del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Además, ha prestado asistencia en situaciones de emergencia y ha dado seguridad a la flota pesquera en la zona.
Construido en Japón en 1984 como buque pesquero de altura, fue adquirido por España en 2006 y adaptado a las necesidades operativas de la Guardia Civil en los astilleros Armón.
Desde entonces, ha servido en diferentes misiones estratégicas, primero en Canarias y, desde 2010, en el Grupo Marítimo del Estrecho con base en Cádiz. Su trayectoria ha estado marcada por la cooperación internacional en materia de seguridad y por su capacidad para operar en alta mar durante largos periodos.
Tras su retirada, será reemplazado por el Duque de Ahumada , un nuevo buque oceánico recientemente botado en el puerto de Vigo. Con una mayor eslora y equipamiento de última generación, este nuevo patrullero supondrá un importante refuerzo para las capacidades operativas de la Guardia Civil en la vigilancia marítima, el control pesquero y la lucha contra el crimen organizado en el mar.