El buque Juan Carlos I y la fragata Victoria regresan a Rota (Cádiz) tras su adiestramiento

ROTA (CÁDIZ), 24

El buque Juan Carlos I y la fragata Victoria son las últimas unidades que regresan a la Base Naval de Rota (Cádiz), el martes 28 de marzo, una vez finalizado su adiestramiento en el despliegue Dédalo 23 , que comenzó el 16 de enero y los ha llevado a participar en la operación de asistencia humanitaria a Turquía, que se desarrolló entre el 8 y el 15 de febrero.

Según ha detallado la Armada en una nota, este despliegue se inició con el objetivo de incrementar el adiestramiento de las unidades participantes y preparar su calificación y certificación para la incorporación en 2024 a la NATO Readinees Initiative (NRI).

El grupo, al mando del contralmirante Gonzalo Villar, se formó articulado en torno al Juan Carlos I , con una unidad aérea embarcada compuesta por aviones Harrier y helicópteros de la quinta y la décima escuadrillas, un batallón reforzado de desembarco de Infantería de Marina con más de 500 efectivos, las fragatas Victoria y Blas de Lezo , los buques anfibios Galicia y Castilla y el buque de aprovisionamiento de combate Cantabria . También contó inicialmente con un destacamento de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, y, en una segunda fase, con el submarino Tramontana .

Tras su salida de Rota, se efectuaron operaciones anfibias a lo largo del litoral español en Almería, Cartagena y Mallorca, y entre el 23 y 27 de enero la acción se trasladó a las costas de Córcega y Tolón, para realizar operaciones anfibias con intervención de lanchas de desembarco LCM del Grupo Naval de Playa, lanchas rápidas Supercat y helicópteros SeaHawk SH-60B y SH-60F de la Flotilla de Aeronaves, que permitieron a más de 350 infantes de marina y 40 vehículos del Tercio de Armada proyectar el poder naval en un ejercicio sobre el territorio francés.

El Grupo Expedicionario Dédalo 23 demostró su interoperabilidad con fuerzas internacionales intercambiando sus helicópteros con los NH-90 del portaaeronaves francés Tonerre , al tiempo que un equipo conjunto de buceadores de combate hispano-francés realizaba reconocimientos hidrográficos previos a los desembarcos.

Los buques españoles también realizaron ejercicios en la mar con los italianos Duilio , San Giusto y Thaon de Revel y con el destructor antiaéreo francés Chevalier Paul .

AUXILIO HUMANITARIO EN TURQUIA

Las catastróficas consecuencias del terremoto ocurrido en Turquía y Siria la madrugada del día 6 de febrero modificaron las previsiones operativas y el Grupo Expedicionario Dédalo 23 puso rumbo a la costa turca, alistándose para dar apoyo y ayuda humanitaria a la población afectada. Entre los buques se encontraba el Galicia , veterano en las operaciones humanitarias del huracán Mitch en Centroamérica en 1998 y del tsunami de Indonesia en 2005.

A la llegada a zona, el 8 de febrero, se realizó un primer desembarco mediante lanchas LCM del Grupo Naval de Playa, que llevaron a la costa material diverso y equipamiento junto con un contingente de 184 Infantes de Marina y 13 vehículos. También se iniciaron patrullas de reconocimiento en la localidad de Iskenderun con el objetivo de recabar datos para valorar la situación en la zona y determinar las actuaciones a llevar a cabo durante en los próximos días. El contingente, que no estaba inicialmente diseñado para este cometido, se adaptó rápidamente, gracias a su versatilidad, para apoyar eficazmente con las capacidades disponibles a la población turca.

Así, durante el periodo de presencia en la zona, el contingente español realizó tareas de apoyo en la búsqueda y rescate de personas desaparecidas, rescatando a un niño de siete años y a un adulto de 70 años, el quinto y sexto día del terremoto cuando las esperanzas de encontrar supervivientes ya estaban desapareciendo, y a 30 fallecidos. También desescombró una superficie de más de 4.200 metros cuadrados y ayudó a la apertura de viales en apoyo a los equipos de rescate.

Los infantes de Marina apoyaron en la descarga de un centenar de aviones en el aeropuerto de Adana y de dos barcos con más de 1.800 toneladas de ayuda humanitaria en el puerto de Limak, y colaboraron en la distribución de 3.600 toneladas de ayuda humanitaria, 100 metros cúbicos de agua y dos toneladas de ropa de abrigo. Además, entregaron 40 toneladas de sus propias existencias de agua embotellada y alimentos a través de agencias del Gobierno turco y ONGs y montaron cinco campamentos para damnificados en apoyo de la organización turca de emergencias AFAD.

También escoltaron a los diferentes convoyes logísticos y equipos de búsqueda entre el aeropuerto e Iskenderun, apoyando el montaje de seis campamentos para desplazados en las proximidades del puerto de Limakport y acondicionando un total de 8.000 metros cuadrados, y prestaron asistencia sanitaria de urgencia a 30 personas en las proximidades de la base avanzada en tierra.

El 16 de febrero, una vez se dieron por finalizadas las necesidades de apoyo a la población civil y autoridades en la zona, el Grupo Expedicionario Dédalo 23 , reanudó la actividad prevista.

Según la Armada, el «ambicioso» despliegue Dédalo 23 ha permitido comprobar la capacidad expedicionaria de la Armada para proyectar una fuerza naval durante un periodo prolongado y lejos de sus bases, operando con otras armadas y agrupaciones OTAN en escenarios diversos mostrando la polivalencia y capacidad de adaptación de sus unidades a situaciones imprevistas, tal como ocurrió tras el terremoto en Turquía y Siria, para prestar con éxito auxilio a la población afectada sin merma de sus capacidades operativas.

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