Podemos llega a la campaña intentado sortear el debate catalán, atacando al bipartidismo y en leve caída en los sondeos

Han centrado su mensaje en denunciar que si ellos no están fuertes el 10N, el PSOE buscará un pacto de investidura con el PP

Unidas Podemos afronta la campaña electoral intentando sortear en la medida de lo posible temas como el conflicto catalán y la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, y buscando poner el foco sobre un posible pacto de PSOE y PP tras las generales del 10 de noviembre que, según argumentan, tendría como contrapartida aplicar recortes sociales para hacer frente a una futura recesión.

Con una tendencia en las encuestas que le dan una leve caída en escaños respecto a abril, los de Pablo Iglesias han insistido durante la precampaña –a la que dieron el pistoletazo de salida con un gran acto en Madrid el 5 de octubre– que frente a esos recortes, ellos deben «estar fuertes» el 10 de noviembre para que las medidas de austeridad se den «por arriba y no por abajo».

En estas tres semanas, en las que Iglesias ha protagonizado actos políticos de cercanía en diferentes territorios, en el partido morado han dedicado parte de su esfuerzo a justificar por qué el pacto de Gobierno con los socialistas no fue posible y derivó en una repetición electoral.

La tesis que han defendido desde Podemos es que el PSOE a pesar de haberles ofrecido ministerios y una vicepresidencia, en realidad nunca les quisieron en el Gobierno, y dicen que la prueba de ellos es que Sánchez tras el fracaso de las negociaciones señaló en una entrevista que no dormiría tranquilo con ministros de Unidas Podemos.

LA IRRUPCIÓN DE LOS ALTERCADOS VIOLENTOS EN CATALUÑA

Si bien los morados planteaban la carrera hacia las urnas como una continuidad de la anterior campaña, y como una consecuencia inevitable de la negativa de Sánchez a permitir un Gobierno de coalición, la estrategia de precampaña saltó por los aires tras la publicación de la sentencia del procés y tras producirse los altercados violentos en varias ciudades de Cataluña.

Entonces, Iglesias se vio forzado a tener que responder a preguntas sobre el conflicto, y defendió la posición de Podemos, haciéndola coincidir con la de En Comú Podem (su socio electoral para Cataluña). Así, mantuvo que era necesaria una mesa de partidos sin líneas rojas que acabara con una posición que fuera votada por la ciudadanía catalana en un referéndum.

Además, Iglesias ha sido muy crítico con la actitud del president de la Generalitat, Quim Torra, del que ha llegado a decir que no cuenta con apoyos ni en el mundo independentista y que fue tibio a la hora de condenar los actos violentos de los CDR.

LA «ESPERADA» LLEGADA DE ERREJÓN Y LA SALIDA DE FRANCO

La crisis catalana disolvió también el impacto que podría haber tenido la irrupción de Más País, el partido de Íñigo Errejón –cofundador de Podemos–, en la formación morada. De hecho, desde que se conociera que daban el salto a la carrera hacia las urnas, Iglesias ha reiterado una y otra vez que la decisión del que fuera su mano derecha era algo previsible que más pronto que tarde tenía que llegar.

Desde las filas moradas han abierto de hecho las puertas a que en un futuro pacto para formar un Gobierno progresista, todas las fuerzas, incluida Más País, estuvieran representadas en el Consejo de Ministros en proporción a los escaños logrados.

En el camino hacia la repetición electoral, los de Iglesias se han encontrado además con la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, algo que han calificado de medida electoralista del PSOE. De hecho Iglesias ha señalado en diferentes entrevistas que Sánchez podría haber esperado a después de las generales para sacar al dictador.

En este sentido, desde Podemos invitaban además al PSOE a «seguir con la fiesta» y retirar las condecoraciones al torturador franquista Billy el Niño , a extraditar al exministro Rodolfo Martín Villa para que sea juzgado en Argentina y a adoptar las medidas necesarias para que las víctimas del franquismo tengan una cobertura jurídica equiparable a las víctimas del terrorismo.

MEDIDAS SOCIALES

Pese a estos obstáculos, desde Podemos han logrado canalizar su mensaje de campaña a través de los diferentes actos públicos que el líder ha celebrado en ciudades como Madrid, Murcia, Zaragoza, Jerez o Las Palmas. En todos ha insistido en que lo que está en juego realmente el 10 de noviembre es que el PSOE no acabe pactando con el PP o con Ciudadanos para luego aplicar medidas económicas más propias de la derecha en caso de que llegue una recesión.

Por eso, desde la formación morada han apelado constantemente a los partidos «que se dicen constitucionalistas» a que cumplan con los artículos más «patrióticos» de la Carta Magna, y que para ellos tienen que ver por ejemplo con el derecho a la vivienda, al trabajo digno o a la fiscalidad justa.

Además, tanto en los anuncios de campaña como en la propaganda electoral, los de Iglesias han insistido en que el país debe ir hacia la normalización del multipartidismo y han incidido en que el problema que hay detrás del bloqueo que llevó a la repetición electoral es el bipartidismo (PSOE y PP) que auspician los poderes económicos.

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