El autor del crimen de Laredo, «arrepentido» por la «salvajada» que hizo y el «fatídico final»
El fiscal mantiene la petición de 28 años de cárcel
El autor confeso del crimen machista de Laredo ha vuelto a reconocer los hechos en el juicio contra él, en el que se ha mostrado «arrepentido» y ha trasladado «con todo respeto» a la familia de la víctima «mis condolencias y mi pesar por esa salvajada que hice esa noche y que tuvo ese fatídico final».
Así lo ha manifestado durante el ejercicio del derecho a la última palabra el acusado de asestar 29 puñaladas a su pareja y acabar «de forma tan cruel» con su vida, al tiempo -ha dicho- que ha «destruido» otras «muchas», como las de sus familiares y los de la fallecida, a la que «sobre todo» ha pedido perdón «de corazón».
El procesado, que asumirá la pena que se «merezca» pues no tiene «otra opción» que aceptarla, se enfrenta a 28 años de cárcel que le pide el fiscal, que en la penúltima sesión de la vista con jurado -pendiente únicamente de su veredicto- ha elevado a definitivas sus conclusiones.
También lo han hecho el Gobierno de Cantabria y la Asociación Clara Campoamor -acusaciones populares en este delito de violencia de género, el primero de 2019 en España-, mientras las han modificado la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima y que ha subido a 25 los años de prisión, y la defensa, que sigue pidiendo 15.
El representante de la madre y hermana de la joven coinciden con el del ministerio público en que hubo asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de género y parentesco, aunque este último reclama tres años más de prisión por amenazas a las compañeras de piso de la chica, que intentaron frenar en vano la agresión.
El letrado del implicado ha eliminado la atenuante de trastorno mental o arrebato, mantiene la de confesión y ha añadido la de reparación del daño -por 500 euros consignados con motivo del juicio-, al tiempo que ha introducido la agravante de parentesco, aunque sigue pidiendo 15 años, la mitad que el Ejecutivo y la asociación personadas -25 por asesinato y 5 por amenazas, el máximo previsto para ambos delitos-.
En cuanto a la indemnización, la Fiscalía solicita 120.000 euros para la hija de la víctima y 60.000 euros para la madre, y la familia reclama 72.000 euros.
Todas las acusaciones consideran por tanto que hubo alevosía y ensañamiento, dado que el implicado, natural de Ecuador, asestó 29 puñaladas a la chica, que era de República Dominicana, tenía 26 años y una menor en su país.
La defensa admite el ensañamiento, pero no la alevosía, y ha insistido en que se tenga en cuenta la reparación del daño por parte de su patrocinado, que se ha comprometido a seguir haciéndolo, «de una forma u otra».
LA COSIÓ A PUÑALADAS
En la sesión de este jueves del plenario, que desde el lunes se celebra con jurado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el fiscal ha indicado a los miembros del tribunal que los hechos enjuiciados son «ciertos» y han quedado «probados sin ningún género de dudas».
Así, ha destacado que en la madrugada del 3 de enero el acusado «cosió a puñaladas» a quien hasta hace unas horas y durante dos años había sido su pareja, al parecer por el cese de la relación entre ambos, y cuando fue a la vivienda de la chica a recoger unas pertenencias.
Allí se produjo la agresión, primero con un cuchillo que el sospechoso había cogido del bar donde ambos habían coincidido esa noche, y otro que halló en la cocina del piso, en un segundo ataque que «más alevoso no pudo ser». «Fue a matarla, con un plan frío y calculado» y causando «un sufrimiento terrible», ha considerado. «Me has dejado y te quito la vida», ha resumido acerca de lo que ocurrió.
La acusación pública cree que el incriminado «no ha dicho toda la verdad» y «ha confesado lo que ha querido», por lo que «no basta» para disminuir la pena. A sus ojos, «el verdadero» Tomás M.R. es «el que graba el vídeo» tras apuñalar a su pareja, para que lo vean «todos» pues tenía «la intención de difundir su hazaña».
VÍDEOS EN LOS QUE SE REGODEA Y LA REMATA
Al hilo, y después de tachar de «brutales» los ataques, en los que él «no forcejeó con ella» sino que «la cosió apuñaladas», el fiscal ha incidido en la importancia de las tres grabaciones realizadas con su móvil tras los hechos y con las que «él se regodea y la remata».
Los vídeos han sido visionados en la sala y en uno de ellos, en el que se ve a la víctima herida, se le escucha a él decir, dirigiéndose a ella: «Tanto sufrimiento y mira aquí, como acabas, ¿ves Rebeca? ¿Pensabas que ibas a ganar?».
Fue filmado en la vivienda junto a otro, con dos minutos de diferencia, ya que están datados a las 4.01 y 4.03 horas. Posteriormente, el autor confeso hizo una tercera grabación, de camino a su casa a contar a sus familiares lo sucedido y antes de entregarse a la policía y confesar unos hechos que no tienen «perdón de Dios», según se le escucha decir.
Alude al respecto a lo que le hizo su novia «para llegar a este límite» y se define a sí mismo como «la imagen de una persona que ha fracasado», argumento este último que ha corroborado su abogado en el tuno final de informes, previo al veredicto, y después de oír al resto de acusaciones, que en general han repetido argumentos e ideas de la pública.
MALDAD BRUTAL
Así, por ejemplo, el abogado de la familia ha censurado la «maldad brutal» de un crimen -en el que hubo 18 puñaladas por la espalda- y que ha achacado a motivos de «venganza y despecho» por el cese de la relación, y ha relacionado la confesión y entrega con el hecho «irremediable de ser descubierto» pues hubo testigos presenciales -las compañeras de piso, que dieron la alerta-.
En este sentido, la acusación particular ha apuntado que el aviso de la agresión se produjo a las 4.05 horas y el autor confeso se personó en comisaría a las 4.20 horas, ante una «más que evidente» identificación y detención. Esta parte ha calificado «de risa» que el incriminado pida perdón ahora, en el juicio, y ha tachado de «insulto» la consignación de los 500 euros, para una «ficticia» reparación del daño.
Las letradas del Gobierno y la Asociación Clara Campoamor han considerado igualmente «inesperado» el ataque, pues se produjo de forma «súbita, sorpresiva y macabra», con «nulas» posibilidades de defensa fueron «nulas».
No tienen «ninguna duda» de que hubo ensañamiento, como refleja la «brutalidad» de las heridas y «la rabia» que manifiesta en los vídeos su autor, y no ven la «más mínima voluntad» de reparar el daño, tras un crimen «planificado». Cuestionan que el acusado solo haya reconocido un par de la treintena de puñaladas que dio a su ex, y entienden que hubo amenazas «muy graves» a las compañeras de piso.
HUBO POSIBILIDAD DE DEFENSA
Finalmente, la defensa cree que sí hubo posibilidad de defensa, como refleja el corte que presentaba en una mano el cadáver, posiblemente al intentar agarrar el cuchillo, según razonaron los forenses.
El abogado del acusado, que admite el enseñamiento, cree que su patrocinado no tiene «afán de ocultar» lo que pasó, sino que ante unos hechos así es «imposible» que haga un relato «exacto» de los mismos. Sus declaraciones no son «muy claras», pero sí «sinceras», ha zanjado.
Ha insistido en que su cliente se dirigió a la policía a entregarse y manifestar lo que había hecho, resaltando que el agente que abrió la puerta de la comisaría no sabía que era el autor de la agresión por arma blanca de la que habían sido alertados.
Este letrado ha rechazado las consideraciones de las acusaciones sobre la cuantía consignada, dadas las dificultades económicas de los familiares, «estigmatizados» tras lo sucedido en Laredo. «Pueblos pequeños, infiernos grandes».
Y después de tachar de «capricho» la petición de cárcel por amenazas, ha concluido su alegato con la cita: «Odia el delito, pero compadécete del delincuente».