El autoproclamado presidente de Guinea-Bissau inicia una gira regional en Senegal, Níger y Nigeria
El autoproclamado presidente de Guinea-Bissau, Umaro Cissoko Embaló, ha iniciado una gira regional que le llevará a Senegal, Níger y Nigeria, en medio de la crisis política en el país, donde su rival en las elecciones no ha reconocido su victoria y donde el Tribunal Supremo aún debe pronunciarse de forma definitiva.
Cissoko Embaló publicó el martes una fotografía en su cuenta en la red social Twitter tras su llegada a la capital de Senegal, Dakar, donde ha sido recibido por el presidente del país, Macky Sall, al que ha agradecido su «recepción calurosa y fraternal».
La Presidencia senegalesa ha destacado que «el presidente de Guinea-Bissau, Umaro Cissoko Embaló, ha efectuado una visita de amistad» al país, donde ha sido recibido con honores.
Durante la jornada de este miércoles, Cissoko Embaló ha viajado a la capital de Níger, Niamey, con el objetivo de «reafirmar los lazos de fraternidad y cooperación» entre ambos países. «Doy las gracias al presidente Mahamadou Issoufou por su confianza», ha agregado.
Issoufou, presidente de turno de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), felicitó el lunes al «vencedor» de las elecciones, sin citar expresamente a Cissoko Embaló, al que ha recibido a su llegada al aeropuerto.
Cissoko Embaló juró el cargo el 27 de febrero, un acto en el que estuvo presente el mandatario saliente, José Mario Vaz, en medio de las denuncias de su rival, Domingos Simoes Pereira, y del Gobierno, encabezado por el Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGCV).
Posteriormente, cesó al Ejecutivo del primer ministro, Aristides Gomes, y nombró un nuevo Gobierno, algo que ha sido rechazado por Gomes, quien ha denunciado además que el Ejército impide el «funcionamiento normal» de las instituciones.
El Ejecutivo está inmerso en una grave disputa con Vaz que se retrotrae al periodo previo a las elecciones, cuando cesó a Gomes y nombró a un sucesor rechazado por el Gobierno y la CEDEAO, si bien finalmente dio marcha atrás antes de las elecciones.
En este contexto, la CEDEAO expresó la semana pasada su «gran inquietud» por la «injerencia» del Ejército de Guinea-Bissau en la crisis interna en el país. El organismo alertó además del «riesgo de conflicto interno grave vinculado a la degradación prolongada de la situación política», motivo por el que pidió «el fin, cuanto antes, de las acciones adoptadas, sinónimo de anarquía».
LA CRISIS ELECTORAL
Cissoko Embaló tomó posesión después de que la comisión electoral reafirmara su victoria tras un nuevo recuento de última hora ordenado el 25 de febrero por el Tribunal Supremo a petición de Simoes Pereira.
La Comisión Electoral Nacional (CNE) anunció que el proceso de verificación de los resultados da a Cissoko Embaló el 53,55 por ciento de los votos, por el 46,45 por ciento recabado por Simoes Pereira, candidato del gubernamental Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGCV).
La victoria de Cissoko Embaló llegó tras su derrota en la primera vuelta, en las que se impuso Simoes Pereira con cerca del 40 por ciento de los apoyos. Sin embargo, tanto Vaz como otros candidatos eliminados en primera vuelta expresaron su apoyo a Cissoko Embaló, quien durante la campaña se describió como un candidato de unidad.
La segunda vuelta tuvo lugar tras una nueva crisis política en el país africano y debía desembocar en la primera transición pacífica de poder, dado que Vaz se convertiría en el primer presidente desde la independencia en 1974 en completar su mandato tras ser elegido democráticamente.
Esta sucesión de crisis e inestabilidad –incluido el papel del Ejército, que ha estado detrás de una veintena de golpes de Estado desde la independencia, si bien en la última crisis no se posicionó– ha tenido un impacto en la situación económica de la población, afectada además por la volatilidad de los precios del anacardo, principal fuente de ingresos para más de dos tercios de las familias del país.