El aumento del SMI entre 2016 y 2021 ha impedido la creación de 161.000 puestos de trabajo, según Cepyme
En las pymes, el SMI se sitúa en el 69,5% del salario medio, aumentando esta cifra en el sector servicios, según el informe
El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) entre 2016 y 2021 ha evitado la creación de 161.000 puestos de trabajo, según se desprende del informe Salarios. Repercusión de la subida del SMI en la pyme española , elaborado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).
El informe publicado este lunes analiza el impacto del salario mínimo en la pequeña y mediana empresa tras haberse elevado un 52,6% entre 2016 y 2022. Según apunta Cepyme, actualmente mientras que el salario mínimo supone el 57,8% del salario medio en España, en la empresa de menos de 50 trabajadores roza el 70%.
De acuerdo con el estudio, entre 2016 y 2019 la subida del SMI fue del 37,4%, lo que provocó que la creación de empleos elementales se «desacelerara fuertemente» y que, sin embargo, creciera más deprisa la creación de puestos de trabajo más cualificados.
El estudio concluye que un alza más moderada del salario mínimo habría permitido crear 131.600 puestos de trabajo más en este periodo, una cifra que se eleva a 161.000 entre 2016 y 2021, cuando el alza del SMI fue del 47,2%.
Frente a los argumentos de que un alza del SMI provoca una mejora en los colectivos más vulnerables, el informe advierte de que «daña más» a las mujeres, los jóvenes y los trabajadores menos cualificados y sin experiencia.
«Además, un incremento no moderado del salario mínimo puede estimular en el futuro el reemplazo de puestos de trabajo por maquinaria o robots, lo que provocaría un incremento permanente del desempleo de larga duración», ha alertado Cepyme en su estudio.
Se apunta así que las consecutivas alzas del SMI han influido en la conformación de los salarios en las empresas, en especial en las de menor tamaño, al tener menor capacidad salarial. Por ejemplo, el informe advierte de que se ha observado un desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas empresas incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores.
Asimismo, estos incrementos han influido en la negociación colectiva, dejando «obsoletos» muchos convenios en vigor e interfiriendo, por tanto, en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva que están conformadas en España.
EFECTO DE SEGUNDA VUELTA DE LA ÚLTIMA SUBIDA
Cepyme advierte, además, de que la última subida del SMI en 2022 se está traduciendo en un efecto de segunda vuelta sobre el resto de los salarios. «Ha creado una mayor homogeneidad retributiva a nivel nacional sin tener en cuenta la productividad del territorio, del sector ni del tamaño de empresa. Y la pequeña y mediana empresa está siendo la más perjudicada», ha asegurado.
En concreto, el estudio subraya que la productividad de las pymes es casi tres veces menor que las de empresas de más de 250 trabajadores, situación que se agrava por sector y territorio, afectando de forma distinta a sus márgenes y rentabilidad, y, por tanto, incidiendo en mayor medida a la de menor estructura.
Por ejemplo, en el sector servicios, el SMI es el 59,2% del salario medio, pero en el caso de las empresas pequeñas del sector esta cifra se sitúa por encima del 60% en todas las comunidades autónomas. Es más, en 12 territorios autonómicos, el SMI ya se sitúa en franjas muy cercanas al 80% del salario medio sectorial, llegando incluso al 90,5% de la retribución de servicios. media canaria.
Por ramas de actividad, se observa que el SMI ha generado una «mayor tensión salarial» en algunos subsectores como Hostelería, Otros servicios, Actividades administrativas, Arte y ocio y Comercio, donde el salario mínimo ya supera el 65% de la remuneración media e incluso supera el 80% en tres de estas ramas.
Cepyme también ha constatado que en ninguno de los grandes países de la Unión Europea el salario mínimo ha subido tanto como en España, que lo ha hecho un 52,6% desde 2016, frente a menos del 15% en Alemania, Francia y Holanda.
A esto hay que sumar que España tiene la segunda relación más alta de la UE entre el SMI y el salario medio (54,1%). En Alemania, Bélgica y Holanda, entre otros, esa relación es al menos 10 puntos porcentuales inferior. «Solo en cinco países de la UE el SMI supera el 50% del salario promedio», señala el informe.
En resumen, el informe elaborado por CEPYME remarca que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.000 euros en 2022 resulta especialmente gravoso para las pequeñas empresas, socavando más la baja productividad de estas empresas.
A esto hay que sumar los problemas que muchas empresas arrastran de la anterior crisis derivada de la pandemia como es el sobreendeudamiento, el aumento de la morosidad y la falta de recuperación todavía en muchos sectores. Asimismo, el incremento de los precios tanto de las materias primas como de la energía, agravado por el conflicto bélico en Ucrania genera una «incertidumbre todavía mayor y unas consecuencias incalculables» por el momento, por lo que desde Cepyme llaman a la moderación salarial.