El alcalde de Mérida no tiene «nada que ocultar» tras difundirse una conversación con un empleado que le exigía ser fijo
MÉRIDA, 23
El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, ha defendido que no tiene «nada que ocultar» tras la difusión en redes sociales de una conversación «privada» con un extrabajador de un plan temporal del ayuntamiento en la que le exigía que le hiciera «fijo».
El propio Rodríguez Osuna ha comparecido este jueves, tras convocar a los medios de comunicación de forma urgente, unas horas después de la publicación en redes sociales de dicha conversación que tuvo lugar el 2 de diciembre de 2019.
Durante la conversación, el trabajador le pide al alcalde quedarse como fijo en el ayuntamiento, ya que los sindicatos le habían informado previamente de que si él denunciaba tras estar más de dos años trabajando de forma temporal podría quedarse en el ayuntamiento permanentemente.
Ante esto, el primer edil le respondió con «total naturalidad», ha dicho este jueves, que «nadie se iba a quedar fijo en el ayuntamiento mientras sea alcalde», así como que «nadie va a entrar por la puerta de atrás» en el ayuntamiento, al tiempo que le recordaba la «oportunidad» que había tenido de poder trabajar en el consistorio.
En concreto, en dicha conversación el alcalde dice que «el que denuncie al ayuntamiento no va a entrar a trabajar más mientras que esté el PSOE, porque nosotros al que nos denuncia no le vamos a meter».
Según la cronología de los hechos ofrecida por el propio alcalde, tras aquella conversación de diciembre de 2019, que era la «sexta o séptima» llamada que recibía de este mismo trabajador para exigirle lo mismo, el empleado logró entrar como operario del ayuntamiento a través de uno de los planes temporales del consistorio, cuyos contratos son de seis meses de duración.
En mayo de 2021, a falta de 55 días para que cumpliera su contrato, dicho empleado se presentó en el despacho del delegado de Personal, Julio César Fuster, para volver a reclamar que fuera contratado como «fijo» del ayuntamiento al considerar que llevaba más de dos años contratado bajo amenaza, en caso contrario, de publicar la conversación con el alcalde en 2019, ante lo cual el concejal le «echa» de su despacho.
Según Rodríguez Osuna, una vez que el contrato finaliza el trabajador denunció al Ayuntamiento de Mérida para reclamar su «derecho a quedarse fijo» en el consistorio, demanda que gana el consistorio según se refleja en una sentencia de Tribunal Superior de Justicia de Extremadura el pasado 2022.
«Lo echamos, como hacemos con todos aquellos que nos denuncian porque creen que están en fraude de ley», ha insistido Rodríguez Osuna, quien ha defendido que ni él ni su equipo de Gobierno tienen «nada que ocultar» al respecto.
Al mismo tiempo, el 23 de julio el Ayuntamiento de Mérida presentó una querella penal «por chantaje, amenaza y coacción a un cargo público» contra este trabajador, que se encuentra actualmente en la Audiencia Provincial, y sobre la cual ha dicho que el consistorio, como institución, «llegará hasta el final» por tratarse de un asunto «muy grave».
«El Ayuntamiento de Mérida no acepta ni coacciones, ni chantajes, ni amenazas de nadie, ni de empleados que hayan estado en el ayuntamiento unos meses, ni de constructores, ni de absolutamente nadie», ha dicho Rodríguez Osuna.
El primer edil ha argumentado que los tribunales de contratación de personal del ayuntamiento están conformados por funcionarios del consistorio, y que en ellos no participan «ni un solo político, ni el alcalde ni nadie del equipo de Gobierno municipal», así como ha reafirmado que en los ocho años que lleva de mandato «nadie del equipo» le ha dicho a algún funcionario «quién tenía que entrar a trabajar».
En respuesta a las preguntas de los medios de comunicación, el alcalde ha recalcado que el operario no había alcanzado los dos años que afirmaba llevar con contratos temporales, así como ha señalado que no había hablado en este sentido con «ninguna central sindical», ya que ninguna ha salido en defensa de este empleado.