El acusado de liderar un grupo islamófobo se desliga de la difusión de folletos xenófobos en Antas (Almería)

ALMERÍA, 26

D.C.S., el joven apodado El Sangre acusado de liderar un grupo de corte islamófobo en Antas (Almería) mediante el que se organizaron «patrullas nocturnas de vigilancia» con el que habrían identificado a ciudadanos marroquíes en el municipio «asumiendo funciones pseudopoliciales de control e interrogatorio» según la Fiscalía, ha desligado su actividad de presuntas prácticas neonazis así como su participación en la difusión de pasquines con tintes xenófobos y racistas en los que se identificaba a la población árabe como la «causa de la inseguridad del pueblo».

Durante el juicio que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, el acusado ha reconocido haber integrado en ocasiones un grupo de «patrullas ciudadanas» denominado Antas klan aunque «para nada» habría sido él el cabecilla del mismo, según ha indicado a preguntas del Ministerio Público.

«Eran grupos de niños y de gente mayor, de distintas razas y nacionalidades», ha asegurado el acusado, quien ha detallado que los mismos se formaron «para que no hubiera robos en el pueblo» llegando a darse «en combinación con el alcalde socialista de Antas». «Lo único que hacíamos, en verano, era dar paseo únicamente», ha insistido el acusado, quien ha especificado que «no hubo agresiones» en dichos grupos en los que había «gente del PSOE, de Podemos, de Falange, marroquíes, ecuatorianos, rumanos… no había nadie vetado».

En este sentido, ha negado que el grupo estuviera destinado a controlar la actividad de personas de origen marroquí y extranjeras, sino que únicamente tenían como objetivo disuadir de posibles robos porque, según ha indicado, la Policía Local solo permanecía operativa «hasta las diez y media» de la noche.

El acusado, quien se enfrenta hasta siete años de prisión por delitos contra los derechos fundamentales y libertades públicas, entre otros, ha recalcado que la Guardia Civil y las autoridades locales sabían de su actividad. «Todo estaba perfectamente comunicado, no hacíamos ningún acto delictivo y la Guardia Civil nos dijo que si veíamos algo, que grabáramos. Yo les mandaba matrículas de coches, pero de ahí a agredir, un mundo», ha detallado.

En este contexto, El Sangre ha negado que en agosto de 2019 llegaran a acorralar a un hombre de origen marroquí o que le atemorizaran de algún modo durante tales patrullas de vigilancia, que se mantuvieron durante semanas después que el 31 de julio de ese mismo año la localidad apareciera repleta de pasquines en los que se achacaba a la población árabe supuestos problemas de inseguridad, en los que se incluían reproches a quienes les alquilaban viviendas.

El acusado no ha podido explicar en sala el motivo por el cual se hallaron en sus dispositivos, intervenidos durante un registro policial, copias del diseño de dichos folletos con fecha anterior a que fueran difundidos públicamente por el pueblo, sentido en el únicamente ha negado que participara en su elaboración y difusión. Asimismo, ha rechazado su vinculación ante unas pintadas que aparecieron meses después con mensajes como Moros de mierda. Stop invasión .

OBJETOS DE «COLECCIONISTA»

De este modo, ha achacado a su faceta de «coleccionista» que se hallaran en el registro de su vivienda copias de dichos pasquines así como otros objetos como carteles son simbología fascista o vinculada a la imagen de Adolf Hitler. «Tengo pegatinas de todo, me ha gustado todo. No veo que sea delito guardarlo siempre y cuando sea para mí, que no sea que falte respeto tenerlo en mi casa», ha justificado.

De la misma forma, ha explicado que los dos puños americanos y una navaja negra con una esvástica roja grabada encontradas en la vivienda, todas ellas armas prohibidas conforme al Reglamento de Armas de 1993, no eran de su pertenencia sino de otra persona que también vivía en la casa y que no se encuentra procesada en esta causa. «No sé por qué me lo achacan a mí», se ha defendido.

El acusado ha rechazado que participara o administrara de grupos de carácter fascista en Almería, toda vez que se ha mostrado distante al ser preguntado por su cuenta de Twitter, de la que no recuerda que, como frase de perfil, incluyera el lema «el fascismo es alegría». Asimismo, ha indicado que el número 88 incluido en su nickname –símbolo nazi utilizado por grupos neonazis al asociarlo a HH , Heil Hitler– era el que usaba para «jugar el fútbol», junto con el 99.

El acusado también ha aludido al carácter «privado» de los grupos de WhatsApp en los que participaba y en los que se comentaba, según ha detallado, asuntos de actualidad nacional, con algunos comentarios «desfasados, en caliente» por los que incluso ha pedido «perdón», pero que ha encuadrado en una «opinión personal» sin «atacar a nadie». «Puede haber momentos en los que hablara en caliente y no puedo recordarlo todo».

El juicio también se dirige hacia otros dos acusados a los que acusa, junto con El Sangre , de participar en la agresión a una persona durante una fiesta organizada por el Día de la Hispanidad, el 12 de octubre de 2019, en la Era del Lugar de Antas, en la que organizaron una barra cuya parte de los beneficios iban dirigidos a «familias necesitadas rumanas, inglesas, marroquíes… solo de Antas porque no había medios para hacer más».

El acusado se ha desligado de la agresión, ya que, según ha explicado, él divisó desde la barra donde trabajaba que algo ocurría, por lo que acudió donde se encontraba la víctima junto con otros chicos. «Lo saqué hablando con él y pidiéndole «no me la líes que esta fiesta es mía». A los niños los eché de mala manera», ha indicado respecto a su actuación.

Tras eso, ha dicho que trató de sacar a la víctima de allí, aunque en un momento determinado ambos fueron «golpeados por detrás», lo que les hizo «caer al suelo». «Me cogieron por la espalda, gente de Antas, y me encerraron en un cuarto de baño para que no hiciera nada», ha relatado.

Por otra parte, ha rechazado que invitara a un «grupo patriota», según ha definido, al evento para actuar en el escenario, desde donde se pronunciaron discursos también «patriotas», cuyo contenido no ha podido recordar. Asimismo, ha reconocido que bajo el escenario se colgó una bandera con el águila bicéfala con la Cruz de Borgoña, la cual, pese a tener un «carácter militar», también emplean personas de extrema derecha, según ha reconocido. «Las que no era respetuosas las quitamos», ha dicho en relación a dichas banderas.

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