El absentismo laboral en Cantabria deja hasta abril 228,3 millones de pérdidas en las empresas, un 21,6% más
Las jornadas de trabajo perdidas ascendieron a 1,36 millones, un 10,8% más que en 2023
El absentismo laboral en Cantabria hasta el cierre del mes de abril de 2024 deja un impacto económico negativo en las empresas regionales de 228,3 millones de euros, un 21,6 por ciento más que en los cuatro primeros meses del pasado año, según un informe elaborado por Mutua Montañesa.
En concreto, las jornadas de trabajo perdidas por trabajadores de baja laboral ascendieron hasta abril a 1.364.916, lo que supon un 10,8% más que en el mismo periodo de 2023, y de ellas el 13% fueron por bajas asociadas a accidente laboral o enfermedad profesional y el 87% a contingencias comunes.
En total, entre enero y abril de este año, fueron 11.280 trabajadores los que no acudieron a trabajar cada día por diferentes procesos de incapacidad temporal, lo que supone una media de 6,03 días por trabajador.
Estos son los principales datos del informe del Observatorio de Absentismo Laboral de Mutua Montañesa, que ha presentado el director gerente de esta entidad, Alberto Martínez, en una jornada organizada conjuntamente con CEOE-Cepyme y que ha inaugurado la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga.
Según los datos del Observatorio, las contingencias profesionales -aquellas relacionadas con el puesto de trabajo- y las contingencias comunes -enfermedades o accidentes ajenos al puesto de trabajo- han evolucionado por caminos opuestos.
Así, durante el primer cuatrimestre del año, los accidentes de trabajo (AT) se redujeron respecto el mismo período del año anterior, situándose en el 2,88% y el 5,34%, en cuanto a incidencia y prevalencia, respectivamente.
Por el contrario, el absentismo por contingencia común aumentó un 11,85% su incidencia y un 16,72% su prevalencia -casos acumulados al término del período por cada 1.000 trabajadores-, en línea con lo acontecido cada año desde 2021, cuando ambas dimensiones han venido creciendo a ritmos de entre un 10 y 20%.
En este sentido, el informe destaca que, tras la retirada del efecto COVID-19, los incrementos más importantes en este tipo de contingencias tienen su causa en patologías psicosociales (+14,49%) y músculo-esqueléticas (+5,28%).
Así, las 1.364.916 jornadas laborales perdidas durante el primer cuatrimestre de 2024 suman 133.336 jornadas más que en el primer cuatrimestre de 2023 y suponen un incremento del gasto por absentismo por incapacidad temporal del 21,69% para las empresas cántabras, situándose en los 228.346.502 euros.
Por tipología, el 0,09% de esas jornadas de trabajo perdidas son computables a la COVID-19, el 13,61% a los accidentes de trabajo y el 86,3% a contingencias comunes.
A la luz de los datos, el Observatorio de Absentismo Laboral anticipa una «perspectiva de mejora» en las bajas por Accidente de Trabajo (AT) y de «continuo empeoramiento» de las que responden a la Enfermedad Común (CC), situando las jornadas perdidas en torno a las 4.005.504 al término de este año 2024.
«PROBLEMÓN» PARA LAS EMPRESAS
Previamente a la presentación del informe, el presidente de CEOE-Cepyme, Enrique Conde, ha destacado la importancia de este foro organizado por la patronal porque el absentismo es «un problemón» para las empresas de Cantabria, a las que supuso un coste en 2023 de 600 millones de euros.
Y es que, ha detallado, el pasado año se acumularon cuatro millones de jornadas laborales perdidas y 10.000 personas que no fueron a trabajar cada día, con un mes de media de ausencia por trabajador.
Conde ha ensalzado la importancia de reconocer este problema para afrontarlo «en positivo, sin reproches y sin complejos» y ha apostado por hacerlo desde la colaboración público-privada como se está haciendo, siendo Cantabria la primera comunidad autónoma en la que el Gobierno y las empresas abordan esta problemática conjuntamente.
EN LA AGENDA POLÍTICA DEL GOBIERNO
Posteriormente, la presidenta regional también ha considerado que hay que afrontar el absentismo como «una tarea colectiva» porque es «un asunto que nos preocupa a todos, nos concierne a todos y necesita de la implicación de todos: de los Gobiernos y las entidades de gestión, las organizaciones empresariales y sindicales y, también, de las empresas y los trabajadores a nivel individual».
En este sentido, ha destacado que «el absentismo laboral está en la agenda política del Gobierno de Cantabria» y, por ello, ya se constituyó un grupo de trabajo en la Consejería de Salud con el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), la CEOE y las mutuas para abordar propuestas de mejora.
Además, el Ejecutivo ha adoptado medidas e impulsado políticas en el ámbito de sus competencias para abordar este «problema complejo y multifactorial», concretamente para favorecer la prevención de riesgos laborales y la salud en el trabajo y también otras que inciden directa o indirectamente en el absentismo.
En el ámbito de la prevención, la presidenta ha ensalzado la «estrategia consensuada» con CEOE, CCOO y UGT a través del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo (ICASST), un organismo que se ha reforzado con más medios y un incremento presupuestario del 27% para poner en marcha nuevos programas y líneas de ayudas innovadoras para reducir los accidentes en el trabajo y fomentar una cultura de la seguridad y el cuidado de la salud en los entornos laborales.
Así, ha asegurado que este impulso al ICASST «ya está dando resultados» y el índice de siniestralidad laboral se ha reducido un 23% en mayo en relación al mismo mes de 2023 y los accidentes laborales lo han hecho un 10%.
Otra de las medidas que ha destacado es la gestión de los procesos asociados a las bajas laborales que se está agilizando, especialmente con el Plan de Reducción de Listas de Espera que empieza a producir «efectos muy notables» y que tiene su impacto en el absentismo porque «muchas de estas personas que están esperando una consulta con el especialista, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica son trabajadores de baja laboral».
Y, por otro lado, también se ha aumentado la contratación de psicólogos en Atención Primaria y, ha avanzado, «está previsto seguir haciéndolo progresivamente para ampliar la cobertura al conjunto de las Zonas Básicas de Salud». Una medida que ha destacado en relación a que los trastornos psicosociales representan el 10,58% de las jornadas laborales perdidas en 2023.
A estas medidas también ha sumado los contratos de gestión en Atención Primaria, que ha indicado que su Gobierno ha «recuperado» y que «asocian incentivos al cumplimiento y seguimiento de una serie de indicadores, entre ellos el de la Incapacidad Temporal, así medidas correctoras para reforzar la inspección sanitaria o posibles acciones en materia de sensibilización».