El 87% de las viviendas en España tienen una calificación energética deficiente, según UCI
España suspende en eficiencia energética en los hogares, ya que el 87% de las viviendas tiene una calificación energética E, F, o G, las peores en términos de consumo y emisiones, según datos ofrecidos por UCI. En concreto, la E (55,9%) es la letra más común en los hogares españoles.
Por comunidades autónomas, Navarra (2,29%), Castilla y León (1,71%) y Galicia (1,36%) son las que acumulan más residencias con certificación A, superando la media española que se encuentra en el 0,70%.
A la cola se sitúan Canarias (66,93%), País Vasco (31,79%) y Asturias (26,98%), que cuentan con los mayores porcentajes de viviendas con certificación G, superando la media española (20,22%).
Desde UCI, han aclarado que estos datos se deben a la antigüedad del parque inmobiliario en España, cuya edad media supera los 43 años, y a que fueron construidos antes de la entrada en vigor de Código Técnico de la Edificación.
Sin embargo, este escenario contribuye a «un consumo excesivo de energía, no solo alejando a las viviendas de los niveles de confort ideales», sino también ocasionando «un gasto innecesario en las facturas energéticas», a lo que se suma que el IVA de la electricidad pasará del 10% al 21% en este mes de marzo para casi la totalidad de los hogares y el gas lo hará el próximo mes de abril.
Para la directora de Sostenibilidad y Rehabilitación en UCI, Catia Alvés, la solución a este desafío reside en una perspectiva integral que pasa por la sensibilización de los ciudadanos y en multiplicar por diez el ritmo actual de rehabilitaciones, «gracias a una mayor agilidad de las administraciones en la concesión de ayudas a las comunidades de propietarios».
Estas cifras ponen de manifiesto «la imperante necesidad de que la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios sea aprobada, al ser crucial para mejorar la eficiencia energética en el sector residencial», en palabras de UCI.
De hecho, la entidad ha defendido que su adopción «facilitará la transición hacia viviendas más sostenibles y energéticamente eficientes, contribuyendo así a la reducción del consumo energético y a la mejora del confort en el hogar».