El 86% de los españoles encontró algo positivo en el hecho de estar confinado, según un estudio
La mayoría de la población, concretamente el 86 por ciento, fue capaz de encontrar algo positivo en el hecho de estar confinado, además el 64,2 por ciento uso el confinamiento para hacer cosas intrínsecamente motivadoras: disfrutando de la convivencia familiar, del desarrollo personal y del tiempo disponible, según una investigaciones liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
La UCM acaba de publicar dos investigaciones que analizan el nivel de bienestar experimentado durante el confinamiento domiciliario. En el primero, publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health , las investigadoras estudiaron qué aspectos positivos extraía el grupo de la situación vivida. Según las respuestas, establecieron tres grupos de actuación: orientación intrínseca, orientación extrínseca y orientación vacía.
A la forma de actuar en la que se encontró algo positivo que hacer la denomiraron «orientación intrínseca»; el segundo grupo (22,2%), llamado de «orientación extrínseca», identificó aspectos positivos que no dependieron de la acción o voluntad personal, sino del contexto vivido, como el cuidado de la salud con el aislamiento, el teletrabajo o el ahorro. Por último, tan solo un 13,9 por ciento pertenecieron al denominamos grupo de «orientación vacía»: personas que fueron incapaces de encontrar algo positivo en el hecho de estar confinadas.
«Ser capaz de apreciar aspectos positivos en el confinamiento no implica estar ajeno a la dramática situación que se vive y no sufrir por ella. De las tres actitudes, la orientación intrínseca es la más adaptativa de cara a experimentar bienestar durante la cuarentena», explica Lola Merino, investigadora del Departamento de Psicología Social, del Trabajo y Diferencial de la UCM.
En el segundo estudio, en este caso publicado en British Journal of Health Psychology , se centra en los recursos que pronosticaban bienestar en el confinamiento y que han demostrado ser completamente distintos de los que pronosticaban malestar.
«Los recursos psicológicos adquirían mucho protagonismo en el caso del bienestar, en concreto, la vitalidad, el entusiasmo, la curiosidad, el espíritu con que nos enfrentamos a los quehaceres diarios, la seguridad en nosotros mismos, entre otros», señala la psicóloga de la UCM.
En una encuesta realizada a más de 800 personas, las investigadoras también encontraron otros aspectos que contribuyeron de forma discreta al bienestar como el ejercicio físico o el apoyo social. «En cuanto a la percepción de malestar, los recursos que adquieren importancia tienen que ver, sobre todo, con el trabajo, pues muchos españoles temían por sus empleos», añade Merino.
Además de la UCM, en ambos estudios han participado la Escuela Andaluza de Salud Pública y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).