El 75% de las personas con Alzheimer presenta algún trastorno del comportamiento agravado por la pandemia
El 45 por ciento de las personas con Alzheimer presentan tres o más trastornos de comportamiento agravados por la pandemia, un porcentaje que asciende al 55 por ciento en aquellos que padecen dos y al 75 por ciento en los que se ha percibido al menos un síntoma conductual empeorado, según se ha puesto de manifiesto en el seminario web Actualización sobre trastornos de comportamiento en la Enfermedad de Alzheimer. El impacto de la pandemia , organizado por la Fundación Alzheimer España (FAE).
Desde el punto de vista de los ponentes que han participado en la jornada, y según encuestas realizadas a familiares y cuidadores, los trastornos más habituales son depresión, ansiedad, apatía, desinhibición, alteraciones en el apetito o en el sueño, delirios y alucinaciones; situaciones que se agravan cuando el paciente sufre cambios en sus rutinas, como los que han padecido durante la pandemia.
«Desde que se declaró el estado de alarma en España, las asociaciones que ayudan a las familias con Alzheimer han tenido que cesar su actividad presencial, lo que significa que 200.000 familias han dejado de recibir los servicios especializados presenciales y los cuidados que ofrecen estas entidades», ha explicado la vicepresidenta segunda de la FAE, Nohemí Martínez Rodríguez.
ABORDAJE DEL PACIENTE Y DEL CUIDADOR
A lo largo del encuentro, se han puesto en común una serie de recomendaciones terapéuticas que pueden ayudar a los cuidadores a reducir y prevenir esos trastornos del comportamiento en el paciente. Y también a los especialistas médicos a valorar de una manera más completa la enfermedad.
«Es importante observar y realizar un seguimiento del paciente a nivel neurológico, pero en este proceso no se puede dejar de lado al cuidador», ha afirmado durante el encuentro la neuróloga de la Unidad de Patología Cognitiva del Hospital Infanta Leonor de Madrid, la doctora María Sagrario Manzano Palomo, que añade que este debe estar incluido en el abordaje de la enfermedad para conocer cuáles son las conductas más alteradas, su tiempo de evolución, curso, antecedentes, el sufrimiento que les generan. «De esta manera, se prescriben los tratamientos más adecuados», asegura.
En este sentido, también es necesario valorar la situación del cuidador. «El desgaste emocional y físico que experimentan aquellos que cuidan de una persona dependiente es muy elevado. Acaba absorbiendo su vida personal y provocando un malestar que, por otra parte, repercute en el paciente, convirtiéndose en un círculo vicioso del que sólo se sale con apoyo externo», ha explicado por su parte el neuropsicólogo de la FAE, Álvaro del Corral.
En su exposición, del Corral ha recordado que las familias que dependen de programas de cuidado en asociaciones especializadas o de cuidadores que les ayudan en su propio domicilio se han visto muy afectadas por la pandemia y las medidas de confinamiento impuestas. «Para el cuidador ha aumentado la sensación de soledad y de carga diaria, que se ha sumado a las dificultades que suponen esos cambios de comportamiento en la persona con Alzheimer», ha señalado el neuropsicólogo de la FAE.
Entre los trastornos que ha provocado esta situación límite en el familiar-cuidador, se han descrito fatiga, trastornos del sueño, abandono de aficiones, pérdida de motivación, irritabilidad, aislamiento social y niveles de estrés y/o ansiedad elevados. Según los ponentes, es importante controlarlos desde el inicio en la medida de lo posible para evitar que deriven en patologías peores y que mermen considerablemente la calidad de vida del cuidador.
ACTIVIDADES PARA PREVENIR LOS CAMBIOS DE CONDUCTA
A pesar de las medidas de distanciamiento social de la pandemia, existen ejemplos de actividades que combinan lo presencial con lo telemático para dar soporte a pacientes y cuidadores. «La estimulación cognitiva debe ser una herramienta terapéutica de acompañamiento; tanto para la persona mayor sana, realizando entrenamientos de memoria preventivos, como en aquellas con deterioro cognitivo y, por supuesto, con las que padecen demencias en las que el tratamiento farmacológico es preciso», ha concretado la doctora en Psicología y jefa de sección del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo Madrid Salud, Mercedes Montenegro.
Para facilitar un diagnóstico precoz y empezar a trabajar en este ámbito lo antes posible, evitando la progresiva pérdida de autonomía, durante el webinario se ha recomendado acudir a centros de prevención del deterioro cognitivo, como la FAE, donde se realiza un cribaje de deterioro cognitivo, con el que se puede determinar si hay patología o no.
Así, con el fin de reducir y prevenir los cambios conductuales en los pacientes con Alzheimer, los tres especialistas que han participado en la jornada han recomendado mantener rutinas como las horas de comida y de sueño y vigilia, porque ayudan a reducir estados de confusión y agitación. «También es positivo que realicen actividades manuales y motoras para garantizar su bienestar psicofísico, que ayudan a calmar la irritabilidad y la agitación», ha apuntado la responsable del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo Madrid Salud. Estas acciones pueden ir desde escuchar música hasta pequeñas tareas domésticas, como doblar la ropa o poner la mesa.