EEUU y Canadá responden a las últimas sanciones de China por las supuestas violaciones de Derechos en Xinjiang
Estados Unidos y Canadá han respondido al anuncio del Ministerio de Asuntos Exteriores chino el pasado sábado sobre la imposición de sanciones a organismos de estos países en respuesta a los «rumores y desinformación» sobre supuestas violaciones de los Derechos Humanos contra la población de la región de Xinjiang, en el oeste de China, motivo a su vez la semana pasada de un paquete de sanciones coordinadas entre Estados Unidos, Canadá, la UE y Reino Unido.
El departamento de Estado estadounidense ha emitido un comunicado en el que «condena» las sanciones de China al presidente de la Comisión Internacional sobre Libertad Religiosa de Estados Unidos (USCIRF, por sus siglas en inglés), Gayle Manchin; y al vicepresidente de la USCIRF, Tony Perkins.
Por otro lado, el ministro de Exteriores de Canadá, Marc Garneau, ha emitido una declaración en la que tilda de «inaceptables» y «un ataque a la transparencia y a libertad de expresión» las sanciones chinas. Asimismo, ha reiterado el apoyo del Gobierno del Canadá a los organismos afectados que son el diputado Michael Chong y la subcomisión de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes de Canadá.
MENSAJES UNIFICADOS
«Los intentos de Pekín de intimidar y silenciar a quienes se pronuncian por los Derechos Humanos y las libertades fundamentales solo contribuyen al creciente escrutinio internacional del genocidio y los crímenes de lesa humanidad en curso en Xinjiang», ha remitido el secretario de Estado Antony Blinken en un comunicado.
Asimismo, ha indicado que «nos solidarizamos con Canadá, el Reino Unido, la UE y otros socios y aliados de todo el mundo para pedir a China que ponga fin a las violaciones de Derechos Humanos y los abusos contra los uigures predominantemente musulmanes y los miembros de otros grupos minoritarios étnicos y religiosos en Xinjiang y liberar a los detenidos arbitrariamente».
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha compartido la declaración del ministro de Exteriores de su país en Twitter y ha manifestado que las sanciones de China son «un ataque a los valores en el corazón de nuestra democracia».
«Apoyamos a los parlamentarios en contra de estas acciones inaceptables y continuaremos defendiendo los Derechos Humanos en todo el mundo con nuestros socios internacionales», ha concluido Trudeau.
EL HISTORIAL DE SANCIONES
Los individuos sancionados no podrán entrar en China, incluidos Hong Kong y Macao, y la subcomisión no podrá «hacer negocios» ni «realizar intercambios» con ciudadanos de China.
Asimismo, el portavoz chino resaltó que las sanciones anteriores de Estados Unidos por la situación en Xinjiang son «inhábiles» y ha advertido a las «partes implicadas» de que no «manipulen políticamente en cuestiones relacionadas con Xinjiang» porque suponen una «injerencia en los asuntos internos chinos» y «podrían quemarse los dedos».
El lunes, la UE, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido anunciaron sanciones contra los responsables de la represión de la minoría uigur en la provincia de Xinjiang, donde las autoridades de Pekín cuentan con programas de vigilancia, detención y adoctrinamiento de este grupo.
China respondió de forma inmediata a las primeras medidas contra dirigentes chinos por parte de la UE desde la masacre de Tiananmen en 1989, con sanciones contra diez políticos y cuatro entidades de la UE. Entre los sancionados figuran cinco eurodiputados, tres diputados nacionales y dos académicos.
Igualmente Pekín impuso sanciones a nueve personas y cuatro entidades de Reino Unido, y este sábado se sumaron estas sanciones para responsables y entidades estadounidenses y canadienses.
Estados Unidos ha calificado, en varias ocasiones, como «genocidio» los actos de China sobre los uigures, de origen turco y religión musulmana, y otros grupos minoritarios que residen en la Región Autónoma de Xinjiang, en el noroeste de China.
China ya ha rechazado las acusaciones vertidas sobre represión o genocidio contra los uigures. En particular ha negado la existencia de campos de detención y asegura que se trata de instalaciones para la formación vocacional y para erradicar el extremismo islámico y el separatismo.