EEUU anuncia restricciones de visa a personas que «socaven la resolución pacífica» del conflicto en Camerún
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha anunciado este lunes restricciones de visa a personas «que se cree que son responsables o cómplices» de «socavar la resolución pacífica de la crisis en las regiones anglófonas de Camerún».
«Condenamos a quienes socavan la paz mediante la participación o la incitación a la violencia, las violaciones y abusos de los Derechos Humanos y las amenazas contra los defensores de la paz o los trabajadores humanitarios», ha aseverado el jefe de la diplomacia estadounidense sobre el conflicto anglófono en el país de África Central.
Blinken ha incidido en que la decisión de imponer restricciones de visa refleja el «compromiso» de Estados Unidos de «promover un diálogo para resolver pacíficamente la crisis anglófona y apoyar el respeto de los Derechos Humanos».
«Estados Unidos apoya firmemente al pueblo camerunés y seguimos comprometidos a trabajar juntos para promover la democracia y la prosperidad mutua para nuestros dos países», ha reiterado el secretario, quien ha insistido en su preocupación por la situación en las regiones anglófonas del país.
En este sentido, ha pedido Gobierno de Camerún y a los grupos armados separatistas que «pongan fin a la violencia y entablen un diálogo sin condiciones previas para resolver pacíficamente la crisis». «Es importante que los niños puedan asistir a la escuela y que se pueda entregar ayuda humanitaria», ha agregado.
Lo que en 2016 empezaron siendo protestas pacíficas de los habitantes de las regiones anglófonas, otrora colonias británicas pero que decidieron unirse al Camerún francés, por su supuesta marginación por parte del Gobierno central, derivó en una dura represión a raíz de la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.
Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.
El conflicto ha dejado ya más de 3.000 muertos. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hay alrededor 60.000 refugiados cameruneses en Nigeria, mientras que otros 679.000 se han visto desplazados dentro del país.